jueves, 13 de agosto de 2020

¿Comunicación o desconexión?





      ¿Comunicación o desconexión?

No sé si sea solo yo, podría asegurar que no, pero hablaré por mí. Me da tanta pena el mundo en el que me ha tocado vivir, en lo que se ha convertido la sociedad, lo mal que lo estamos haciendo con los avances tecnológicos. En vez de utilizarlos para bien los hemos convertido en todo lo contrario, las redes sociales que eran para acercarnos solo consiguen alejarnos más, pero no solo de las personas que tenemos cerca y queremos, sino también de nosotros mismos. Ya no va solamente de que parece que los móviles son una extensión de nuestro cuerpo, de que cambiamos las conversaciones por chats, dejamos de compartir momentos para compartir posts, stickers, memes, videos, stories, de que dejamos de juntarnos para contar anécdotas y volvernos a reír o crear algunas nuevas solo para ser un grupo de conocidos actuando como extraños cada quien a la pantalla de su teléfono interesado en algo o alguien más que ese momento, no va de eso ya, va de lo que nos ha apartado de nuestra esencia. Tal vez soy yo que soy una rara pero todo esto me da hasta lástima, el ver a tantos chicos muriéndose porque alguien los conozca, viviendo literalmente para "ser alguien" en una red social, buscando la frase perfecta, creando la mejor foto, exponiendo totalmente su cuerpo al mundo entero, buscando promoción de sus cuentas, pidiendo y comprando likes y followers -que al final son cosas vacías y mentiras que ellos mismos se terminan creyendo-, solo para ser "populares", "conocidos" y creerse "alguien", en vez de culturizarse, sentarse a leer un libro o vivir. Realmente me da pena por varias razones... Y es que conozco a estos chicos en persona, de vivir experiencias de verdad y luego los veo en las redes y son personas totalmente diferentes. Son superficiales, son forzados, son mucho postureo y poca realidad y todo parece una búsqueda incesante por llamar la atención. Pero, ¿por qué? ¿Por qué hay que vivir del número de likes y comentarios o de ser popular para personas que ni te conocen o para ser conocido por tener un millón de fotos sin ropa? ¿En serio este es el mundo en que quieren vivir? Porque yo no.
También me doy cuenta que esta enfermedad la hemos creado nosotros mismos poco a poco, porque ahora vamos a mirar el facebook de una persona o su número de seguidores en instagram para contratarlos o para sacar conclusiones y dar juicios de quiénes y cómo son. Y no debería ser así, la mayoría de las cosas de internet y las redes sociales son totalmente falsas, son millones de personas queriendo encajar, buscando un sitio, esperando su oportunidad para sentirse especiales, diferentes y hasta mejores. No creo que nadie con dos dedos de frente se deba sentir especial porque lo sigue X cantidad de personas que no conoce y le comentan babosos a los que les calientan sus fotos desnuda. Hay que darse cuenta y tomar unos minutos de reflexión, esto realmente está yendo demasiado lejos, cada vez quieren hacer y enseñar más, aparentar más de lo que son, pretender que están en un sitio al que no han ido, tener una vida perfecta, vivir una relación idílica y solo levantar envidias, no es ni siquiera encajar, es sobresalir. Y todos vivimos, todos sabemos cómo es la vida real, cómo son las cosas para nosotros y para los mismos que vemos a través de la pantalla, así que no consiguen más que comentarios hipócritas.
Muchos hacen esto obviamente renunciando a quienes son, renegando de su verdad para convertirse en una mentira con muchos likes. Se creen escritores o inteligentes porque otros aburridos reaccionan a las pendejadas que suben, se creen graciosos por hacer o compartir memes, se creen fotógrafos por saber usar filtros y los hashtags de instagram, se creen que tienen amigos por agregar a todo mundo a facebook, se creen modelos por enseñar las nalgas. Tenemos amistades con las que hablamos por llenar el vacío pero que realmente no nos importa tanto mantener de lo contrario jamás se hubiera perdido tanto el contacto y creamos muchas nuevas a las que ni siquiera conocemos, les llamamos amigos por decirles algo. Estos agregados del facebook que tanto te comentan al final te ven por la calle y es como si no existieras, porque esa "amistad" existe en un mundo paralelo. Le contamos y mostramos nuestra vida a extraños, discutimos temas que normalmemte nos dan igual con gente que ni nos importa y después no tenemos ni con quién dar una vuelta para desahogarnos. Nos metemos tanto en estas pantallas que olvidamos vivir de verdad. No veo mal que comience una amistad o una relación por las redes porque este siempre fue el propósito, pero no se pueden vivir solo cibernéticamemte, para conocer a alguien de verdad tiene que ser en 3D, tenerlo al lado, viviendo momentos y disfrutando el día a día, así como tú eres en las redes quién tú decides ser, esas personas también lo hacen, pero cara a cara el tema va de otra cosa. Ya las peleas no tienen tanta fuerza ni duración, ya nadie tiene la misma valentía, ni siquiera la misma profundidad porque es más fácil tenerlo todo escondiéndose tras un móvil y las frases de Paulo Coelho.
El concepto de comunicación, de vivir, de cenar, de reír, de pasarla bien ha cambiado y es difícil aceptarlo. Ya nadie sale solo a disfrutar la compañía o el lugar, van enfocados en el vestuario, las fotos, las poses. Es casi imposible que alguien salga hoy sin su móvil y sin tomar fotos de ellos mismos, del lugar, de la gente, de las bebidas, de la comida. ¿Por qué no solo pasarla bien y olvidarse de compartir con el mundo lo que están haciendo? Nuestros mayores anhelos son ser youtubers y los ejemplos a seguir son estos influencers que viven de su imagen, de la superficialidad, de pretender que la vida es perfecta y sus viajes idílicos, son personas con una escasez de profundidad infinita y a ellos queremos imitar, esos son los nuevos "coaches espirituales" y nos vemos obligados a seguir lo que dicen, recomiendan y hacen, nos roban la personalidad y el descubrir quiénes somos y seguirnos a nosotros mismos. Los endiosamos sin necesidad alguna, son personas igual que nostros y en muchos casos hasta peores, y aun así les dedicamos nuestra vida en muchos casos. Luego nos quejamos de las falsas imágenes e ideas de la vida que nos dio Disney, de lo mucho que nos idiotizó y todas las expectativas y pautas que nos creó, y estamos dejando que nos lo hagan de nuevo pero ahora personas diferentes. ¡Es hora de despertar!
Este fenómeno es algo que va en aumento y no hay quién lo detenga, es algo adictivo que arrastra consigo a todo el que entra al menos un poco en las redes, no hay vuelta de hoja, te arrastra sí o sí. Yo he visto a las personas más nobles y tímidas, más buenas y de gran corazón, convertirse en cuerpos que siguen modas, que hacen retos, que son hipócritas diciendole linda a la que no soportan y que son tan superficiales que me digo "qué pena, antes era tan buena chica". Me parece feo e injusto que sucedan estas cosas pero finalmente es elección de cada uno transformarse o no.
No comparto la idea de tener una vida rodeada de esto, de ver cómo los que quedaban intactos cambian y cómo muchos más son así desde un inicio. Han habido personas que incluso han perdido la vida por intentar tomarse la mejor selfie, la más arriesgada, un video en un lugar peligroso..., solo para ser vista, envidiada y recibir likes, regalan la vida por ir metidos en el móvil y perder tan a lo bestia el sentido de la realidad.
A veces desearía que hubiera una red social, un espacio, un lugar, para gente que solo quiera socializar, compartir ARTE de verdad, una red sin postureos, ni maquillajes ni caretas, una red real... Me temo que no estamos a tiempo ni es el siglo indicado, pero no pierdo la esperanza. Es triste ver a los más chicos buscando pertenecer a algo y definirse para obtener likes, lo cual significa elegir uno de los varios grupos de millenials populares, solo para evitar sentirse excluido y desplazado sin un espacio en esta sociedad, para no sentirse menos, para no ser la excepción a la regla que nadie mira dos veces. Al final creo que estoy totalmente de acuerdo con Jean-Jacques Rousseau en que "el hombre es bueno por naturaleza y es la sociedad quien lo corrompe" porque nos hemos hecho esto nosotros mismos a través del tiempo y el mal uso de las herramientas que se nos han dado, nos merecemos todo lo que nos pasa porque la humanidad se ha transformado en un ambiente demasiado hostil del que solo dan ganas de huir, quizá por eso nací con ganas de vivir en una época pasada... porque es difícil vivir ser la Eugène de Rastignac del siglo XXI. Y no soy una heroína ni vivo fuera de las redes, al final puede que sea una víctima más, porque me he visto afectada por esto en diferentes maneras y ocasiones porque no sé manejarme en este medio, porque no me agrada, porque es una droga que se quiere dejar pero no se puede, porque es mi peor pesadilla, porque es revivir virtualmente el mundo del que escapé en cuanto pude. Siempre quise la calma, no estoy hecha para vivir en tempestades, para las competiciones, para las posturas, para pisotear por salir adelante, para estar alerta todo el tiempo de los peligros, los engaños, las dobles caras. No he podido jamás vivir de apariencias y hoy eso es todo lo que somos. A muchos no les afectará o me llamarán hipócrita por no elegir el camino austero de alejarme, pero para mí esto no es más que un círculo del infierno personal... Y no digo que las redes sociales son malas ni que hay que abandonarlas, tampoco busco ofender a quienes la utilizan, pero dejen de creerse superiores por el número de seguidores, vistas, comentarios, likes..., en definitiva la popularidad nunca ha sido el fuerte de un genio... Y ha sido de gran ayuda para personas retraídas como yo por ejemplo, pero no se puede vivir enteramente en y de un mundo cibernético porque hasta enfermos podemos acabar con miedo a enfrentar el real, sin saber cómo vivirlo, como esos animales en cautiverio que luego devuelven a su ambiente natural y mueren por no lograr adaptarse ni ser aceptados. Todo debe ser con medida..., si sacáramos lo mejor de las redes sociales todos, si evitáramos buscar impresionar a la gente o sentirnos mejor por estas chorradas, si las volviéramos un mundo cómodo y bonito en vez de tóxico, de seguro además de agradable sería muchísimo más amplio porque de momento más que ayudar en nuestra comunicación solo consigue desconectarnos.