Almas Rob贸ticas
Solo un robot podr铆a no apreciarla... Solo estos son capaces de divisar la mejor de las creaciones humanas y decir que no es importante, que la vida sin ella es la misma, que no es necesaria. Es l贸gico, ¿c贸mo valorar la pura expresi贸n de sentimiento cuando est谩n despoblados de dicha virtud? Mal afortunados, ¿para qu茅 re帽irles si no hay mayor castigo que vivir sin emociones? Esquem谩ticamente, sin noci贸n del mundo real al que llaman (equ铆vocamente) ut贸pico. Lo 煤nico que merece la pena pelear, es el derecho al respeto. Si no comprendes porque est谩s escaso de magia y sobrepasa los l铆mites de tu imaginaci贸n, calla, acepta aunque no compartas, defiende la maquinaria sin denigrar al lienzo. Que no seas capaz (aun repitiendo constantemente su total contradicci贸n) de hallar el hechizo en tus met谩licas piezas, no te concede derechos para hacer sentir a quien subsiste en un vuelo infinito, de vivir en la manera errada. Que la magia se acaba, que es falsa, que no existe, que no es m谩s que "copos de luna pulverizados" que un soplido de viento arrastrar谩 con 茅l, que hay que pisar tierra firme y dejar de mirar las nubes... Quiz谩s para tu modo de vida sean consejos aplicables, ¡pero no para el nuestro! Si nunca has tenido una pasi贸n tan grande en tu vida, no debes agredir a quienes vivimos por ella. Cuando la dejes entrar a tus d铆as, te dar谩s cuenta de lo feliz que se puede llegar a ser, mas nunca por desconocimiento deshonres.
Es triste (para m铆 hasta inconcebible) saber que subsisten personas sin fantas铆as, que no sue帽an con tocar las nubes, que no valoran a las hadas ni a la fuerza que mueve el mundo. ¿C贸mo puede serles irrelevante en la vida si es vida pura? Desde una melod铆a de Bach hasta una escultura de Miguel 脕ngel, desbordan los alientos que son pecado desapercibir. ¿C贸mo no ver su valor? Da igual que sea una conocida o no, que valga millones o nada, que sea de las obligatorias a leer en la escuela o la que s贸lo ley贸 su familia, cada una es nuestro tesoro personal, nuestro logro, y ellas, son el mapa emocional de nuestro viaje. Nos dejan una sensaci贸n inigualable, no puedes quitarle los ojos de encima pensando "¿realmente todo esto sali贸 de m铆?". El acorde final de nuestra canci贸n, es como el primer llanto de tu primog茅nito. Les dimos vida, los creamos, los trajimos a este mundo desde nuestras entra帽as. ¡Nuestras obras son nuestros hijos! Hay quien vive para crear, hay quien crea para vivir. Pero debemos coexistir respetuosamente, si nosotros empatizamos con sus elecciones (aunque no las compartimos), perm铆tanse hacerlo con las nuestras. No traten de entendernos, s贸lo de no discriminarnos. Porque s贸lo los de mundo interior ausente (eso que te permite ser feliz en plena convivencia solitaria), no ven nada en la comunicaci贸n de quien lo plasma inmortalmente y ser铆a una pena formar parte de esa lista. Si careces de este poder y las ganas de obtenerlo, consid茅rate desdichado, autoprocl谩mate un alma rob贸tica, mas, perm铆tenos a los hechizados, continuar viviendo de "ensue帽os". Porque, ¿qu茅 ser铆a de la vida sin arte? Es lo 煤nico que nos pertenece, lo que no nos pueden arrebatar, aquello que hasta despu茅s de la muerte, seguir谩 viviendo.
Es triste (para m铆 hasta inconcebible) saber que subsisten personas sin fantas铆as, que no sue帽an con tocar las nubes, que no valoran a las hadas ni a la fuerza que mueve el mundo. ¿C贸mo puede serles irrelevante en la vida si es vida pura? Desde una melod铆a de Bach hasta una escultura de Miguel 脕ngel, desbordan los alientos que son pecado desapercibir. ¿C贸mo no ver su valor? Da igual que sea una conocida o no, que valga millones o nada, que sea de las obligatorias a leer en la escuela o la que s贸lo ley贸 su familia, cada una es nuestro tesoro personal, nuestro logro, y ellas, son el mapa emocional de nuestro viaje. Nos dejan una sensaci贸n inigualable, no puedes quitarle los ojos de encima pensando "¿realmente todo esto sali贸 de m铆?". El acorde final de nuestra canci贸n, es como el primer llanto de tu primog茅nito. Les dimos vida, los creamos, los trajimos a este mundo desde nuestras entra帽as. ¡Nuestras obras son nuestros hijos! Hay quien vive para crear, hay quien crea para vivir. Pero debemos coexistir respetuosamente, si nosotros empatizamos con sus elecciones (aunque no las compartimos), perm铆tanse hacerlo con las nuestras. No traten de entendernos, s贸lo de no discriminarnos. Porque s贸lo los de mundo interior ausente (eso que te permite ser feliz en plena convivencia solitaria), no ven nada en la comunicaci贸n de quien lo plasma inmortalmente y ser铆a una pena formar parte de esa lista. Si careces de este poder y las ganas de obtenerlo, consid茅rate desdichado, autoprocl谩mate un alma rob贸tica, mas, perm铆tenos a los hechizados, continuar viviendo de "ensue帽os". Porque, ¿qu茅 ser铆a de la vida sin arte? Es lo 煤nico que nos pertenece, lo que no nos pueden arrebatar, aquello que hasta despu茅s de la muerte, seguir谩 viviendo.
