martes, 22 de septiembre de 2020

Miedo al Miedo

                



                          "Miedo al Miedo"


Agorafobia: trastorno de ansiedad que consiste en el miedo a situaciones inevitables que te lleven a un ataque de pánico.

La gente que no las ha sufrido, que no las ha vivido, no calcula la potencia de una enfermedad mental. Mi vida no era perfecta ni tampoco la mejor pero estos trastornos han llegado para arruinarla, para cambiarme, para destrozarme como ser humano y alejarme del camino que para mí estaba trazado. Ahora soy todo lo que critiqué, todo aquello que me partía el alma ver. Una hoja en blanco, un cuerpo de cartón, un objeto vacío, una vida hueca que se mueve por el mundo de puntilla sin dejar pisada firme, sin sentir nada demasiado, sin prestarle mucha importancia al tiempo, solo al miedo.
Miedo, sí, esa es la palabra que me ha robado la identidad, es eso que de solo escribirlo siento. Lo peor de una ansiedad no es ella en sí, es el miedo que se le tiene al hecho de tenerla. Es no ver jamás la luz al final del túnel, es sentirte inútil, es el temor al mañana, es el tener que vivir, perdón, sobrevivir día a día sin saber ni cómo. No estoy vacía ni siempre he sido de cartón, pero el hecho de cobrar vida, de sentir, de experimentar emociones, de pensar, de perder el control me aterra tanto, que solo me aferro al vacío...
Yo antes sentía más profundo que nadie, me perdía en mis pensamientos durante días y vivir en ellos lo adoraba, yo sentía tener todo controlado, yo soñaba y vivía haciendo de cada día algo mejor y cada paso lo dirigía para cumplir mis metas, yo escribía llenando mi alma también de la de otros personajes que necesitaban mi voz, yo cerraba los ojos sin temor al subconsciente, yo adoraba los subidones que tenía de alegría, yo amaba la adrenalina, el estar contenta, mis cambios de humor, yo me reía de todos mis problemas, porque en el fondo sentía que todo era pasajero. Ahora, ahora perdí esa seguridad y ahí es cuando el miedo se apodera de todo y no me deja avanzar. Yo antes soñaba en grande, con conseguir muchas cosas a pesar de ser diferente, hoy solo quiero una vida normal.
Sí, siempre fui nerviosa, insegura, tímida, vergonzosa, indecisa y extremadamente preocupada, pero lo era a ratos porque a otros era lo contrario y eso se apreciaba, esos momentos en que no era así eran los mejores y los que quería que se quedarán siempre en mí, pero hoy son los que me dan pánico, los que me dejan sin aliento, sin consciencia, los que me hacen temblar y dan taquicardias, me hacen dudar, ver todo oscuro, sufrir, llorar, temer, los que hacen que se me tranque la respiración, me duela el pecho y me tiemblen hasta las uñas. Ahora las cosas de las que más segura estaba en la vida, son las que menos veo claras, las que me hacen dudar y comerme la cabeza, y me preocupo y me confundo y me siento indecisa, nunca sé si estoy haciendo bien o mal, si las cosas son como creo o solo yo creo que son así pienso demasiado todo el tiempo, más de lo que se le debería permitir a cualquier ser humano. Quisiera poder salir de mí, arrastrarme a la realidad y verlo todo en tercera persona, entonces analizar la situación y determinar si siento correctamente o de modo distorsionado, si soy yo que veo así o es visible para todos.
¿Por qué? ¿Cuándo? ¿Cómo cambió mi vida? No tengo ni idea y con certeza no lo sabe nadie, solo sé que duele, que es difícil, que no veo la tan ansiada normalidad que busco y me prometen, tengo épocas malas y otras no tan malas, ¿normales?, ya no. Y no me conformo, y me dan ganas de rendirme, y quiero que se me escuche y se me entienda y quiero ayuda y quiero dejar de sufrir porque en mí puedes ver una risa y una alegría infinita, pero eso ya siempre es pura cartulina. No me he quitado de en medio por falta de fuerzas, de valor y por la puta esperanza supongo, de que en realidad un día mi vida puede cambiar y yo también, y si me voy del mundo sin verlo me arrepentiré y habré quedado como una idiota.
La pasión más grande que he descubierto en mi vida ha sido la literatura, ahora me da miedo, y así no me vale la pena vivir, quiero que eso se acabe. Me da miedo sentir, pensar para escribir. Y tengo ideas, pero las alejo para que no me perturben, y me buscan mis mundos inventados, y les huyo. Y todo queda en pausa en espera de ese día donde todo cambie y yo recupere un poco de lo que era, porque también soy consciente que no seré todo lo que fui. Doy lo mejor de mí e intento seguir mi vida y mis escritos como si nada, pero me cuesta la vida cada palabra, ya ni siquiera sé organizar las letras que llevan. Me da miedo no recuperarme, no poder escribir más, no poder amar mis mundos, no querer sentir, no lograr pensar, me da miedo que la escritura se aleje de mí aunque sé que yo soy quién lo hace. Cuando leo lo que escribo ahora me doy cuenta que no soy la misma, que perdí mi "toque", que ya no desgarro ni emociono ni toco el alma, que ya no se identifican con mis palabras porque es que yo ni quiero sentir a fondo nada antes de plasmarlo, y lo intento, pero me da miedo.
Las emociones fuertes me desequilibran aun más de lo que estoy y por mucho que jure que los ataques de pánico ya son normales y no me dan miedo, es mentira, porque cada vez son más extensos y difíciles de enfrentar. En muchas ocasiones los siento necesarios y solo quiero que me invadan lo antes posible para ya salir de ellos, porque los veo venir, pero cuando están presentes me hago una bola en la cama y me cubro la cara de lágrimas que no tienen para cuándo acabar, y todo es vacío, y oscuro, y todo es presente y no existe futuro, y me ahogo en un pozo cada vez más profundo, hasta que se para todo y yo ya no sufro.... Ni una lágrima, ni una pena, ni un pensamiento, ni un recuerdo de por qué empezó todo eso. De repente estoy entera y eso significa vacía, y mi energía se consumió tanto, que no puedo levantar los párpados, no me sale la voz, ni la sonrisa, no consigo mover los desos y mucho menos mi cuerpo, es como si un sueño profundo se apoderara de mí y yo siempre, termino cediendo ante él.
Me he dado cuenta que en mi vida han habido siempre cosas que me han dado taquicardias, que me han creado sensaciones desconocidas, que me han invadido de incomodidad, pero tanto, que pareciera que ya lo hubiera sentido antes, cosas que me emocionan como cuando empatizamos con alguien que pasó por lo mismo que nosotros. Muchas las he superado, pero a base de haberlas tenido que vivir y ahora las que me restan no son más que miedos sueltos de los que me sigo alejando mientras ellos me agarran más fuerte de la mano. Cosas que no quiero, retazos de vida que no busco, son el final del pozo al que veo me avecino y no quiero, no quiero conocerlo nunca. Han sido cosas a las que les he huido siempre atemorizada sin saber por qué y ahora creo que es porque siento es mi destino y lo rechazo. Como el corazón roto, no creer em el amor, no tener ilusiones, tener una vida vacía y no encontrarle sentido a los días, sobrevivir y no vivir...
De todo lo que me resta, lo que más me aterra es la adicción, es no poder vivir sin mis pastillas o sustancias que me alejen de la realidad, y que eso me haga perder todo control, toda cordura, me da miedo no poder ser normal y llevar una vida simple como la que antes rechazaba, me da miedo quedarme en la calle, morir de una dosis mal medida -como ya me pasó sin querer- o de un accidente de coche por cogerlo en tan mal estado que no recuerde que ni manejar sé.
Me da miedo la vida de la noche en las calles, en las discos, la promiscuidad, el olvidar el bien y el mal, el solo vivir el momento, el pensar nada más en mí, en no obedecer reglas, en acabar en lo más bajo del mundo por obedecer a mis instintos y no a mi mente que ya no sabe nada de coordinación. Supongo que me da miedo nuevamente todo lo que nunca he sido, porque quizás lo pueda ser, ya que ahora soy todo lo que odié, critiqué e intenté arreglar, porque amaba la soledad y hoy me da pánico estar sola en ella porque controlaba todo y lo que se salía de mis manos lo adoraba, eran grandiosas sorpresas, ahora me da miedo porque lo único que me toma por sorpresa es el pánico, es estar bien ahora y no saber si lo estaré, sin razón, en el minuto siguiente, porque siempre es así, porque es a diario, porque hace nada estaba perfectamente y ahora apenas me sale fuerza en los dedos para terminar de escribir esto que ni siquiera recuerdo de qué iba...
Creo que iba de explicar que lo peor de la ansiedad es el miedo que se le tiene porque eso te causa aun más, y de ese círculo, me temo que no se sale pero el hecho de que nadie lo entienda, nadie lo vea, le de ni valor ni atención, también es muy duro, pero claro, si ni una entiende lo que le está pasando, si es todo interno, ¡cómo alguien de afuera va a entender! No lo hacen y no lo harán a menos que lo hayan vivido, porque el mundo se ha acostumbrado a acuñar de enfermedad solo lo que se ve, por eso a nosotros que gritamos en silencio profundamente pidiendo auxilio, nadie nos oye, nos ayuda, nos entiende ni atiende y esa es soledad de la mala, a la que solo le vemos una salida y en ella muchos acabamos. Y todavía el resto del mundo tiene el descaro de preguntar <<¿por qué se suicidó?>> y de decir <<no sabía que estaba tan mal, hubiera pedido ayuda, hubiera puesto de su parte>>. Pues no, así no funciona y lo vean o no, venimos pidiendo ayuda cada día, la manera en que se lo tomen ustedes no es nuestra culpa también. Yo no quiero terminar así, supongo, no sé, pero poco sé hacer para arreglarlo más de lo que hago y lo que hago no me llena.
Las enfermedades mentales aunque no se vean tanto como una herida en la piel, son mucho más graves y devastadoras, acaban con todo a su paso. Son inteligentes, invaden de a poco, sin alarmar y cuando te das cuenta te han dominado y ya no tienes cómo huirles. Yo estuve años padeciendo los síntomas, aislada y esporádicamente, y ni los médicos ni yo tuvimos respuesta, hasta que mi dolencia se tuvo que volver física para que 7 años más tarde, alguien le prestara atención.
Evitemos eso, leamos, aprendamos, empaticemos y tratemos de ayudar, y si no lo van a hacer, por lo menos no estorben con consejos inútiles, creanme que si supieramos manejarlo o evitarlo, no estaríamos enfermos porque somos los que más sufrimos. Y esto, aunque sea mental no se maneja ni arregla con la mente, ustedes no se curan una cardiopatía a base de pensamientos positivos tampoco, a ver si nos lo vamos aprendiendo. Y nada, que los trastornos mentales son una puta mierda destroza vidas, y que ojalá un día la mía cambie porque me pesa explicar que estoy mal o pedirle a alguien que esté conmigo en esto y me aguante cuando no lo hago ni yo, es injusto para mí y para ella, y nos merecíamos algo mejor..., lo siento. Te prometo que si pudiera ser diferente, lo sería, solo por los esfuerzos y la paciencia, tienes ganado lo mejor. Espero poder dártelo un día.

Los agorafóbicos temen a lo que pueda generarles ansiedad, tienen miedo a la propia activación fisiológica y a los pensamientos sobre las consecuencias de experimentarlas, como la idea y sensación de morir.
Se podría definir la agorafobia como: miedo al miedo.

martes, 15 de septiembre de 2020

Siento Celos


    


           

                         Siento celos


Siento celos de cada pareja que veo.
De las que están en las calles caminando de la mano
dando ese acto por sentado
sin saber la suerte que tienen
de poder tocar la piel de quien aman.
Siento celos de esos que salen en la tele
dándose los besos que solo sueño darte a ti
de nuevo.
Siento celos de esas que se tienen cerca
y no se dan el cariño,
el respeto y el cuidado que pueden,
que tienen la oportunidad de tener algo tan lindo
y no lo hacen.
De esas que sabemos que no se merecen más que nosotras
las facilidades que tienen.
De esas que siempre están peleando,
que se creen que tienen todo el tiempo del mundo
o que el otro siempre va a estar ahí.
Me dan ganas de gritar
que todos son unos éroneos suertudos.
Que la mayoría ni debería tener esa dicha,
que a las personas no tendrían que darle las cosas que no saben apreciar.
Me dan ganas de pedir que amen,
que amen mucho,
que se cuiden,
se valoren
y que no se queden donde no les explote el corazón.
Que no pierdan el tiempo,
que no besen a la ligera,
que aprovechen la cercanía,
donde hoy los tiene la vida,
porque aquí nadie sabe
qué pandemia vendrá mañana.
Míranos a nosotras...
¿Quién puede asegurar
que tras una discusión que la dejaste irse sola pensando que regresaría porque siempre lo hace,
regresará?
No debemos demorarnos en perdonar,
en arreglar lo que nos importa,
en hablar las cosas y estar bien,
porque a veces no volvemos a casa,
no todos amanecemos,
para todos no habrá un mañana,
así que vívanla hoy
para que luego a solas
no se arrepientan de nada.
Yo creo que el mundo necesita un equilibrio para mantenernos en movimiento,
para hacer la vida interesante,
para que tenga un propósito,
de lo contrario sería un juego muy aburrido,
demasiado fácil.
Además quién supera lo difícil merece el mayor de los premios
porque esas relaciones son las que se prueban a sí mismas que estarán ahí contra viento y marea,
que iban en serio cuando dijeron que no se rendirían
y que valía la pena demostrar
que también algunos para siempre existían.
Ahora estamos como al inicio,
con 7000km de mar distanciándonos físicamente,
haciéndome sentir envidia de cada persona que te mira,
del aire que te despeina,
de la botella de la que bebes,
de los dos cachorros que acaricias,
de las sábanas que te envuelven
y hasta el agua que te baña.
Estos kilómetros me han vuelto celosa patológica,
me han acumulado deseos que cumplir contigo,
me han sacado lágrimas de frustración
pero sobre todo,
me han demostrado que tú y yo,
somos de las que íbamos en serio.
Que en cuanto se rompa la barrera iremos a por ese para siempre,
que seremos entonces la pareja
que todos van a celar y desear tener. Porque aunque nuestros impedimentos,
-incluso a los que no los tienen,
logran separar a demasiadas relaciones,
a ti y a mí nos ha traído más cerca.
Más cerca de ti,
más cerca de mí,
más cerca de nosotras.
Hemos crecido,
hemos aguantado,
hemos peleado,
hemos llorado,
hemos reído,
hemos sido increíblemente miserables
pero también infinitamente felices.
Nos hemos demostrado continuamente
que por más celos que se puedan sentir
de aquellos que tienen contacto físico,
no tenemos razón alguna,
porque aunque no sea físico
tú y yo tenemos un contacto fortalecedor,
profundo y tan etéreo,
que jamás nos cambiaríamos por ellos,
aunque pudieramos.
Hoy sé que aun con nuestra distancia,
los de los celos siempre serán ellos.