Mostrando entradas con la etiqueta #miedo. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta #miedo. Mostrar todas las entradas

martes, 22 de septiembre de 2020

Miedo al Miedo

                



                          "Miedo al Miedo"


Agorafobia: trastorno de ansiedad que consiste en el miedo a situaciones inevitables que te lleven a un ataque de pánico.

La gente que no las ha sufrido, que no las ha vivido, no calcula la potencia de una enfermedad mental. Mi vida no era perfecta ni tampoco la mejor pero estos trastornos han llegado para arruinarla, para cambiarme, para destrozarme como ser humano y alejarme del camino que para mí estaba trazado. Ahora soy todo lo que critiqué, todo aquello que me partía el alma ver. Una hoja en blanco, un cuerpo de cartón, un objeto vacío, una vida hueca que se mueve por el mundo de puntilla sin dejar pisada firme, sin sentir nada demasiado, sin prestarle mucha importancia al tiempo, solo al miedo.
Miedo, sí, esa es la palabra que me ha robado la identidad, es eso que de solo escribirlo siento. Lo peor de una ansiedad no es ella en sí, es el miedo que se le tiene al hecho de tenerla. Es no ver jamás la luz al final del túnel, es sentirte inútil, es el temor al mañana, es el tener que vivir, perdón, sobrevivir día a día sin saber ni cómo. No estoy vacía ni siempre he sido de cartón, pero el hecho de cobrar vida, de sentir, de experimentar emociones, de pensar, de perder el control me aterra tanto, que solo me aferro al vacío...
Yo antes sentía más profundo que nadie, me perdía en mis pensamientos durante días y vivir en ellos lo adoraba, yo sentía tener todo controlado, yo soñaba y vivía haciendo de cada día algo mejor y cada paso lo dirigía para cumplir mis metas, yo escribía llenando mi alma también de la de otros personajes que necesitaban mi voz, yo cerraba los ojos sin temor al subconsciente, yo adoraba los subidones que tenía de alegría, yo amaba la adrenalina, el estar contenta, mis cambios de humor, yo me reía de todos mis problemas, porque en el fondo sentía que todo era pasajero. Ahora, ahora perdí esa seguridad y ahí es cuando el miedo se apodera de todo y no me deja avanzar. Yo antes soñaba en grande, con conseguir muchas cosas a pesar de ser diferente, hoy solo quiero una vida normal.
Sí, siempre fui nerviosa, insegura, tímida, vergonzosa, indecisa y extremadamente preocupada, pero lo era a ratos porque a otros era lo contrario y eso se apreciaba, esos momentos en que no era así eran los mejores y los que quería que se quedarán siempre en mí, pero hoy son los que me dan pánico, los que me dejan sin aliento, sin consciencia, los que me hacen temblar y dan taquicardias, me hacen dudar, ver todo oscuro, sufrir, llorar, temer, los que hacen que se me tranque la respiración, me duela el pecho y me tiemblen hasta las uñas. Ahora las cosas de las que más segura estaba en la vida, son las que menos veo claras, las que me hacen dudar y comerme la cabeza, y me preocupo y me confundo y me siento indecisa, nunca sé si estoy haciendo bien o mal, si las cosas son como creo o solo yo creo que son así pienso demasiado todo el tiempo, más de lo que se le debería permitir a cualquier ser humano. Quisiera poder salir de mí, arrastrarme a la realidad y verlo todo en tercera persona, entonces analizar la situación y determinar si siento correctamente o de modo distorsionado, si soy yo que veo así o es visible para todos.
¿Por qué? ¿Cuándo? ¿Cómo cambió mi vida? No tengo ni idea y con certeza no lo sabe nadie, solo sé que duele, que es difícil, que no veo la tan ansiada normalidad que busco y me prometen, tengo épocas malas y otras no tan malas, ¿normales?, ya no. Y no me conformo, y me dan ganas de rendirme, y quiero que se me escuche y se me entienda y quiero ayuda y quiero dejar de sufrir porque en mí puedes ver una risa y una alegría infinita, pero eso ya siempre es pura cartulina. No me he quitado de en medio por falta de fuerzas, de valor y por la puta esperanza supongo, de que en realidad un día mi vida puede cambiar y yo también, y si me voy del mundo sin verlo me arrepentiré y habré quedado como una idiota.
La pasión más grande que he descubierto en mi vida ha sido la literatura, ahora me da miedo, y así no me vale la pena vivir, quiero que eso se acabe. Me da miedo sentir, pensar para escribir. Y tengo ideas, pero las alejo para que no me perturben, y me buscan mis mundos inventados, y les huyo. Y todo queda en pausa en espera de ese día donde todo cambie y yo recupere un poco de lo que era, porque también soy consciente que no seré todo lo que fui. Doy lo mejor de mí e intento seguir mi vida y mis escritos como si nada, pero me cuesta la vida cada palabra, ya ni siquiera sé organizar las letras que llevan. Me da miedo no recuperarme, no poder escribir más, no poder amar mis mundos, no querer sentir, no lograr pensar, me da miedo que la escritura se aleje de mí aunque sé que yo soy quién lo hace. Cuando leo lo que escribo ahora me doy cuenta que no soy la misma, que perdí mi "toque", que ya no desgarro ni emociono ni toco el alma, que ya no se identifican con mis palabras porque es que yo ni quiero sentir a fondo nada antes de plasmarlo, y lo intento, pero me da miedo.
Las emociones fuertes me desequilibran aun más de lo que estoy y por mucho que jure que los ataques de pánico ya son normales y no me dan miedo, es mentira, porque cada vez son más extensos y difíciles de enfrentar. En muchas ocasiones los siento necesarios y solo quiero que me invadan lo antes posible para ya salir de ellos, porque los veo venir, pero cuando están presentes me hago una bola en la cama y me cubro la cara de lágrimas que no tienen para cuándo acabar, y todo es vacío, y oscuro, y todo es presente y no existe futuro, y me ahogo en un pozo cada vez más profundo, hasta que se para todo y yo ya no sufro.... Ni una lágrima, ni una pena, ni un pensamiento, ni un recuerdo de por qué empezó todo eso. De repente estoy entera y eso significa vacía, y mi energía se consumió tanto, que no puedo levantar los párpados, no me sale la voz, ni la sonrisa, no consigo mover los desos y mucho menos mi cuerpo, es como si un sueño profundo se apoderara de mí y yo siempre, termino cediendo ante él.
Me he dado cuenta que en mi vida han habido siempre cosas que me han dado taquicardias, que me han creado sensaciones desconocidas, que me han invadido de incomodidad, pero tanto, que pareciera que ya lo hubiera sentido antes, cosas que me emocionan como cuando empatizamos con alguien que pasó por lo mismo que nosotros. Muchas las he superado, pero a base de haberlas tenido que vivir y ahora las que me restan no son más que miedos sueltos de los que me sigo alejando mientras ellos me agarran más fuerte de la mano. Cosas que no quiero, retazos de vida que no busco, son el final del pozo al que veo me avecino y no quiero, no quiero conocerlo nunca. Han sido cosas a las que les he huido siempre atemorizada sin saber por qué y ahora creo que es porque siento es mi destino y lo rechazo. Como el corazón roto, no creer em el amor, no tener ilusiones, tener una vida vacía y no encontrarle sentido a los días, sobrevivir y no vivir...
De todo lo que me resta, lo que más me aterra es la adicción, es no poder vivir sin mis pastillas o sustancias que me alejen de la realidad, y que eso me haga perder todo control, toda cordura, me da miedo no poder ser normal y llevar una vida simple como la que antes rechazaba, me da miedo quedarme en la calle, morir de una dosis mal medida -como ya me pasó sin querer- o de un accidente de coche por cogerlo en tan mal estado que no recuerde que ni manejar sé.
Me da miedo la vida de la noche en las calles, en las discos, la promiscuidad, el olvidar el bien y el mal, el solo vivir el momento, el pensar nada más en mí, en no obedecer reglas, en acabar en lo más bajo del mundo por obedecer a mis instintos y no a mi mente que ya no sabe nada de coordinación. Supongo que me da miedo nuevamente todo lo que nunca he sido, porque quizás lo pueda ser, ya que ahora soy todo lo que odié, critiqué e intenté arreglar, porque amaba la soledad y hoy me da pánico estar sola en ella porque controlaba todo y lo que se salía de mis manos lo adoraba, eran grandiosas sorpresas, ahora me da miedo porque lo único que me toma por sorpresa es el pánico, es estar bien ahora y no saber si lo estaré, sin razón, en el minuto siguiente, porque siempre es así, porque es a diario, porque hace nada estaba perfectamente y ahora apenas me sale fuerza en los dedos para terminar de escribir esto que ni siquiera recuerdo de qué iba...
Creo que iba de explicar que lo peor de la ansiedad es el miedo que se le tiene porque eso te causa aun más, y de ese círculo, me temo que no se sale pero el hecho de que nadie lo entienda, nadie lo vea, le de ni valor ni atención, también es muy duro, pero claro, si ni una entiende lo que le está pasando, si es todo interno, ¡cómo alguien de afuera va a entender! No lo hacen y no lo harán a menos que lo hayan vivido, porque el mundo se ha acostumbrado a acuñar de enfermedad solo lo que se ve, por eso a nosotros que gritamos en silencio profundamente pidiendo auxilio, nadie nos oye, nos ayuda, nos entiende ni atiende y esa es soledad de la mala, a la que solo le vemos una salida y en ella muchos acabamos. Y todavía el resto del mundo tiene el descaro de preguntar <<¿por qué se suicidó?>> y de decir <<no sabía que estaba tan mal, hubiera pedido ayuda, hubiera puesto de su parte>>. Pues no, así no funciona y lo vean o no, venimos pidiendo ayuda cada día, la manera en que se lo tomen ustedes no es nuestra culpa también. Yo no quiero terminar así, supongo, no sé, pero poco sé hacer para arreglarlo más de lo que hago y lo que hago no me llena.
Las enfermedades mentales aunque no se vean tanto como una herida en la piel, son mucho más graves y devastadoras, acaban con todo a su paso. Son inteligentes, invaden de a poco, sin alarmar y cuando te das cuenta te han dominado y ya no tienes cómo huirles. Yo estuve años padeciendo los síntomas, aislada y esporádicamente, y ni los médicos ni yo tuvimos respuesta, hasta que mi dolencia se tuvo que volver física para que 7 años más tarde, alguien le prestara atención.
Evitemos eso, leamos, aprendamos, empaticemos y tratemos de ayudar, y si no lo van a hacer, por lo menos no estorben con consejos inútiles, creanme que si supieramos manejarlo o evitarlo, no estaríamos enfermos porque somos los que más sufrimos. Y esto, aunque sea mental no se maneja ni arregla con la mente, ustedes no se curan una cardiopatía a base de pensamientos positivos tampoco, a ver si nos lo vamos aprendiendo. Y nada, que los trastornos mentales son una puta mierda destroza vidas, y que ojalá un día la mía cambie porque me pesa explicar que estoy mal o pedirle a alguien que esté conmigo en esto y me aguante cuando no lo hago ni yo, es injusto para mí y para ella, y nos merecíamos algo mejor..., lo siento. Te prometo que si pudiera ser diferente, lo sería, solo por los esfuerzos y la paciencia, tienes ganado lo mejor. Espero poder dártelo un día.

Los agorafóbicos temen a lo que pueda generarles ansiedad, tienen miedo a la propia activación fisiológica y a los pensamientos sobre las consecuencias de experimentarlas, como la idea y sensación de morir.
Se podría definir la agorafobia como: miedo al miedo.

martes, 17 de diciembre de 2019

Diario de una Agorafobia




               Diario de una Agorafobia



No puedo. No puedo más. Estas son las únicas palabras que logro entrelazar desde hace un par de meses. Y no puedo más. Me odio a mí. Odio ser yo. Odio estar en este cuerpo y no poder escapar de él. Odio estar dentro de mi mente y perderme en sus millones de agujeros oscuros. Odio todo, no quiero nada. No quiero vivir, sentir, pensar, no quiero dolor ni felicidad, no quiero nada o sí, solo quiero no querer nada. No entiendo lo que pasa a mi alrededor ni cuándo ni cómo, no entiendo cómo de repente mis manos temblorosas están sangrando, y no sé cuándo sucedió, ni cómo lo hice, ni cómo a llegado la sangre a manchar la pared, no sé en qué instante hice nada o me hicieron algo si he estado aquí todo el tiempo, ¿cómo no lo vi? ¿Acaso no he sido yo la que ha estado aquí? Podría ser que fuera alguien más…, otra, porque hay días en que me siento como un globo que que se va inchando con ansiedad, con miedos, con locura, con depresión, con una ira descomunal sin sentido no sé ni dirigida a qué, y cuando la dirijo a algo, el globo crece a mayor velocidad y escapa de la Tierra, y no sé dónde va, no sé dónde me voy, solo sé que cuando regreso al mundo, es que me doy cuenta que por un momento me fui, que estuve ausente y que no recuerdo ni lo que hice, ni lo que dije, ni lo que pasó, solo recuerdo lo que sentía, mucha rabia, mucho dolor, muchas ganas de gritarlo y llorarlo, de cortarlo, de sacarlo de una vez por todas de dentro de mi sistema porque me está volviendo loca y cada vez se ve menos probable que algún día vuelva a estar cuerda y estable. Siento que este desenfreno que no me permite ni organizar una oración correctamente o pronunciarla, me va a llevar a la tumba. Que de repente este dolor en el pecho me detendrá el corazón, que esta falta de aire no me dejará volver a inhalar, que estos temblores romperán en miles de pedazos mi cuerpo y habrá una gigante explosión de carne, huesos, de orgános, de mi sangre y que solo ahí, solo entonces estaré en paz. Solo así dejaré de vivir en este punto entre rendirme y ver cuánto más puedo aguantar.

Me siento corriendo una maratón a la locura que mientras más lento intento correr más rápidos son mis pasos. Siento que cuando llegue allí mi corazón estallará finalmente y vomitaré todo este estrés, este puto dolor que no se por qué lo siento. Y soy incapaz de decir lo que pasa y todos son incapaces de entenderlo, ni los que quieren lo consiguen. Todo se ve mal, todo está mal, hasta el rosa de mis días lo veo negro. ¿Por qué mi antigua realidad está tan distorsionada? ¿Por qué no quiero ni tenerla delante si ella es la puta luz de mis días? ¿Por qué quiero sacarla de mi existencia si solo con ella exsito? ¿Por qué no puedo? ¿Por qué no puedo con nada? Todo pesa, todo duele, todo es demasiado, todo me aplasta el pecho y desorbita los latidos, me mata el dolor en mi cabeza y solo quiero quitármela de encima.  No quiero vivir más en la niebla, todo se ve borroso ante mis ojos, todo segundo es eterno y desenfocado, todo creo que se pondrá negro de un momento a otro, no tengo equilibrio y sé que me desmayaré en cualquier instante pero no, ni eso pasa para darme paz, ni eso puedo lograr, y es lo único que quiero, nada, ver todo negro de un segundo a otro, entrar en coma, salir de mi cuerpo y volver cuando todo esté en orden. No quiero más esto, no lo soporto, no soy así de fuerte aunque todos se hayan pasado la vida diciéndolo, ojalá me vieran ahora, soy todo lo contrario, soy un fracaso para ustedes y para mí misma. No le veo sentido a lo que hago o  digo pero igual lo ejecuto, es como que alguien piensa, siente y habla por mí y no se cómo echarle de mi cuerpo. Y no puedo dejar de temblar ni para sostener una bendita bebida, hasta mi respiración siento temblar antes de irse de mi cuerpo. Las palabras no puedo decirlas en un tono normal, o no salen o salen tan atropelladas que no se comprenden.  Llega el momento que solo puedo llorar y gritar para sacarlo de mí y ni así se va, solo quiero quejarme hasta que alguien se adueñe de esto, que alguien se lo lleve, que lo aleje de mí, que no quiero esto en mi vida, que no soy yo, y que no puedo pararlo, que necesito que se detenga porque no puedo, no lo aguanto ni un segundo más… 

Con este huracán de locura a veces, solo a veces, siento tocar fondo y es ahí que no tengo energías ni para dejar los ojos abiertos, esta entidad que se apodera de mí... luego del llanto, se va y me deja el alma hecha trozos y a mi cargo el ocuparme de lo que ella acaba de hacer. Y no soy nada, soy solo una bola de miedos y paranoias y neurosis caminando, no sé qué pasa , quién soy, hasta cuándo es todo esto, solo sé que ya no puedo y que tiene que parar y tengo que volver a ser yo misma, aunque tampoco nunca fui de lo mejor como para extrañar aquello, pero reconozco que era mejor que esto. Cualquier cosa lo es.

domingo, 7 de julio de 2019

A veces, casi nunca, raramente, pero llega...







A veces, casi nunca, raramente, pero llega...


¿Alguna vez has conocido a alguien que te hace sentir que hay una persona indicada esperando para cada uno y que tú acabas de tropezarte a la tuya?
Es tan malditamente alucinante que ni los pensamientos ni palabras son suficientes, porque hay tanto por digerir, tanto por decir que es imposible comenzar por nada. Simplemente es sentir que eso que ustedes tienen, eso que nunca ni tuviste ni viste ni soñaste, lo debería tener cada persona. Es la sensación constante de haber sido creada para ella y ella para ti aunque tardaron años en encontrarse. Es saber que cada cosa que has hecho en tu vida ha sido para acercarte a ella, ha sido preparándote para su llegada. Es que cada cosa que ella sueña lejanamente es de lo que has vivido y nadie entiende. Es que busca las cosas que nadie miraba en ti y estabas a punto de cambiar para encajar y te alegras de no haberlo hecho. Es sentir que fueron moldeadas a la medida en cada paso para pertenecerse un día.
Es entender de qué se trata amar a alguien y en qué consiste una pareja sin necesidad de serlo. Es que suceda lo que no esperabas que pasara porque no es que sea algo que habías perdido la esperanza de encontrar, es que es una cosa que ni sabías que existía pero de pronto está ante tus ojos, y aunque tardaste en descubrirlo, te das cuenta que cada engranaje gira a su favor forzándote a sus brazos. Es que no pueda ser más perfecta aun siendo todo lo que nunca buscaste y no pueden entenderse mejor. Es sentir que pueden hablar toda la vida sin cansarse porque de inmediato fluyó la energía la comunicación la compenetración en la primera charla. Porque las dos están locas pero sus locuras se complementan en su diferencia, porque las dos son maduras y conscientes pero desde diferentes puntos de vista, porque son dos polos opuestos pero miran del mismo modo a la misma dirección.
Ella es todo lo que nunca he conseguido y yo todo lo que ella quisiera poder ser. Y no diré lo típico, porque no es cierto, no la conocí y supe que era la indicada, no sentí la alineación de los planetas por nuestro encuentro, no se me enloqueció el estómago, no ese día. De a poco, sigilosamente, sin sospecharlo, mi corazón y mi estómago se agarraban las manos dando vueltas en una montaña rusa interna que no supe quién, cuándo o cómo se accionó. Una inestabilidad eufórica y ansiosa se apoderó de mí y mientras más intentaba apagar la atracción, más velocidad tomaba, y lo supe, simplemente un día lo supe: era imposible correr lejos de ella aunque ella ni siquiera supiera que participábamos en una carrera... Pues con el tiempo te das cuenta, que todas tus idas de olla, todas tus locuras y a lo que todos le llaman complicaciones, se hacen lo más común y sencillo entre las dos, porque las que no comparte, las comprende y viceversa.
Por eso, sí, ella tiene razón: no hay nadie más en el mundo que nos soporte además nosotras que somos insoportablemente desquiciadas, pero, ¿acaso necesitamos a alguien más? No necesito una tribu que me comprenda o soporte, I just need her... Y cada día confirmo eso, que fuimos hechas para aguantarnos mutuamente, por eso teníamos que equivocarnos tanto y sentir que nadie nos soportaba, para poder disfrutar de la sensación que es que alguien lo haga...
Es que lo mejor del mundo es, escucharla con temor decir lo que cree que es una barbaridad incomprensible, y que sea exactamente el mantra que tú has tenido. Es como, escucharte explicándote el porqué piensas como piensas y eres como eres, es como una conversación en tercera persona contigo mismo, y a la vez no, porque también ella tiene sus propios mantras que no van contigo ni con lo que querías en alguien a tu alrededor, pero maldita sea, ¡en ella es perfecto! Es de este tipo de mujeres que le teme a todo y no le teme a nada. Que es como es y punto, que no le van las falsas modestias ni las hipocresías ni las máscaras ni las verdades a medias. De estas mujeres que te gritan a la cara lo que le pasa a todos por la mente y ninguno quiere confesar, y tú eres de las que no confiesa, pero la oyes y pasas de todo porque piensas igual y ser uno mismo nunca debería estar mal. (Es una mujer con mucho por enseñar pero dispuesta a seguir aprendiendo por ti, de ti, contigo...) Es cierto, la honestidad sin filtro a veces hiere, y da miedo saberlo, pero solo porque el mundo nos ha acostumbrado a las caricias con mentiras al punto de que las verdades las sentimos como bofetadas, por eso a veces cerramos los ojos y los oídos ante la realidad y creamos nuestra isla aparte sostenida por autoengaños. Yo me consuelo por ahora en saber que todo lo que hace y dice es puramente real porque así es ella, y agradezco que por ahora todo lo que tenga por hacer y decir sea para bien, pero me aterra el día que tenga que escucharla decir una verdad no tan bonita, porque sí, porque todo pasa y todo se acaba y algún día (aunque es lo que menos quiero) ella se sentirá diferente y tendré que pagar el precio... Pero también siento que no hay nada que pueda contra nosotras, que somos una combinación mortal, exactamente, que o vivimos de una puta vez o acabamos matándonos.
Pero se siente bien, equilibradas las neurosis, y realmente entiendes lo que es ser un equipo, dos partes de una misma cosa, lo que es disfrutar con una sola persona el tratarse como amigas, como hermanas, como pareja, como colegas, como consejeras, como mala influencia, como todo. Es querer protegerla, hacerle bien y verla feliz aunque un día eso no sea contigo. Porque quieres hacerle el amor desmedidamente, pero también quieres hacerle café en las mañanas (with the coffee maker), convertirla en la musa a que le dedicas tus mayores obras y andar de su mano por la playa devolviendo medusas al mar... Es sentir que tienes a alguien no que saca la mejor versión de ti, es alguien que te saca a ti, y punto, y que te ama por cada espacio sea mejor o peor aunque a veces no entiendas que adore lo que todos han odiado y lo que tu no soportas de ti y te haga verla más loca. Pero es que no es que te acepte con tus manías, o que te ame a pesar de tu pasado y tus defectos, es que te ama por eso mismo, y ahí simplemente descubres que por eso: todos no somos perfectos para todos, porque nadie ama las mismas cosas... Es que todo te gusta si es en ella y con ella y de ella, y por su parte también. Que son dos huracanes caóticos llenos de calma que solo se liberan dentro del otro sin acabar de entender el fenómeno que lo causa pero sin quererlo tampoco. Es que los días no son ni fugaces ni eternos, simplemente son juntas o no. No es pesado, aunque la distancia lo haga difícil, el disfrutarla, el tener esta espera porque igual la viven juntas y también de algun modo se vuelve hasta bonita en vez de una condena.
Tenerle es entender que la palabra amor es muy grande, que debes manejarla con cuidado y que debiste haberlo hecho, porque no es algo que se te hace fácil decirle a alguien en una semana sin siquiera tenerla delante o asumir que es lo que te pasa con una mujer de la que malamente conoces dos cosas. No es eso. No es que el amor tenga explicación ni que tengas que tener una lista que te haga comprender por qué la amas, pero, sabrás que es amor cuando se vuelve algo que te da pánico hasta pensar, que no esperabas ni querías sentir. Es de repente una palabra que deseas borrar del diccionario, quizás porque conoces sus consecuencias, es una palabra que se te queda en el medio del pecho atorada, que la sientes respirar y hasta palpitar y querer saltar sobre ella de solo verle a los ojos cuando brillan al mirarte, pero no sale, no corre ligeramente fuera de tus labios como otras veces... La sientes, pero no puede salir. ¿Por qué? ¿Cobardía de sentirlo? ¿No saber llevarlo? ¿No ser correspondido? ¿Sentirte débil? Tal vez solo saber que hay que usarla correctamente y no estás segura o no quieres estarlo porque te entra pánico la idea de poder estarlo sintiendo... ¿Pero a qué se debe ese temor? ¿Por que esa contención? ¿Por qué mientras más lo sientes menos lo puedes decir? Quizás somos un poco idiotas...
Si es que ves tu futuro en sus ojos y lo quieres taaanto que desde la confianza de que todo puede estar perfecto, te estás muriendo de miedo. Porque sí, porque estás acostumbrada a llevar cosas temporales que se romperán de un modo u otro (y desde el inicio lo sabes) y puedes con eso, porque el ciclo de tu vida se ha basado en la recuperación entre dolor y dolor, porque ya ni crees saber amar sin grietas porque a eso te agarrabas en otros amores, porque hay cosas que parecen demasiado bellas para ser verdad y al final creo que todos somos pesimistas y aunque estemos pisando el puto arco iris vamos a estar buscando la tormenta y de no verla, le gritaremos que llegue y arrastre con nosotros lejos... Porque quizás necesitamos una excusa de la vida más allá de ser unos cobardes. Porque a lo mejor es demasiado para que te toque a ti aunque es lo que siempre has querido, porque no sabes si ya tenía que llegarte, si algún día te tocaba que llegara,porque creías que solo estaría en tu mente. Porque estás acostumbrada a fracasar en cada cosa de tu vida, y no eres la única, cada persona a tu alrededor que te conoce, ya da por sentado que esta es una historia más, así que mientras más les intentas convencer de que no, más te acaban haciendo creer que así la debes sentir y por primera vez, tú que amas volar entre las nubes, te decides a sentir en tus pies la humedad de la tierra. Tú misma cortas la cuerda y quieres solo sentir el crudo pavimento porque quizás desvistiendo arco iris tengas razones crudas para decir: no. ¿Seremos masoquistas? Quizás sólo queremos saber que la felicidad y los sueños existen, que están ahí, y son un objetivo de vida, pero nunca los queremos cumplir, porque nos aterra, que aquella única cosa que te ata al optimismo se te desvanezca ante los ojos, porque entonces ¿a qué te agarras? Sí, tal vez sale bien, pero aunque queremos un cuento de princesas no creemos en los felices por siempre. Tal vez por eso cuando la vemos llegar en nuestra dirección con la perfecta banda sonora a piano y su cabello moviéndose al viento en cámara lenta mientras sus ojos te gritan que te aman, lo mejor que se te ocurre es salir corriendo...
Y no quisiera que fuera así, y quisiera tener mi fe completa, y quisiera que realmente sucediera pero me aterraaaaa. No se si son los cambios, si es la perfección, si es una nueva vida, si es la mejoría y la falta de costumbre a tener algo por lo que sonreír a cada segundo. Pero el miedo está ahí, no se va. Y mi miedo me da más miedo porque, joder, quiero esto pero mi consciencia me advierte una escapada, y ya no se si prefiero que sea mía o de ella... Aunque no quiero ninguna. Tal vez mi karma es ser una pesimista que vive
compadeciéndose de ella misma por todas las decisiones que jamás tomó por miedo a que saliera bien y por una vez ser feliz de nuevo. Quizás me siento culpable de poder sentir alegría después de todas las razones que me la han robado. Porque pienso en mi felicidad, y veo que solo la disfrutaré yo, que solo la veré yo, que todos tendrán algo contra ella, que nadie la entenderá, pero también sé que mi felicidad depende de mí y que no necesito la aprobación de un mundo que no pide consejos para vivir y que siempre estará buscando el incendio en la casa ajena. Entonces me siento fuerte, y siento que a su lado... a su lado somos imparables, pero sigue aterrándome.
Por una vez creo tener el melodrama con la ideal combinación, con la madurez necesaria para echarlo a rodar pero ¿sabré llevarlo por siempre aunque lo quiera? ¿Y qué hago si se cansa ella? ¿Qué hago si se estropea todo con quien sientes que es la única indicada? ¿A partir de ahí como vives sabiendo que ya no tienes a quién buscar porque ya la habías encontrado? ¿Qué me hago si un día deja de sentir? ¿Y si un día se le olvida todo y descubre que si para mí ella era la correcta yo para ella era la equivocada? ¿Y si no esperamos de nuestra vida lo mismo? ¿Y si ella solo necesita a alguien que arrastrar a la de ella? ¿Y si no se manejarlo? ¿Y si me hiere? ¿Y si lo arruino? ¿Y si se acaba? ¿Y si me duele? ¿Y si a ella no?
—¿Y si todo sale bien amor y perdemos la oportunidad de una vida?