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viernes, 29 de enero de 2021

Medusas por un día


            
  

                          Medusas por un día 

A veces, muchas, la mente es nuestro peor enemigo, un lugar inhabitable del que es mejor huir, pero no tenemos cómo. ¿Y qué hacer entonces para no volvernos locos? Yo quisiera tener un botón de apagado o uno de reiniciar para que parasen los pensamientos, las emociones y la vida hasta que estuviera preparada para enfrentarlos. Pero esto no existe y estamos condenados a sobrevivir con penas en el alma que tanto pueden ser reales como creadas y no sabría decirles cuál de las dos pesa más. Pues si es existente es normal que te duela pero si no tiene lógica, es culpa nuestra y de las traiciones de un maldito subconsciente que ojalá pudiéramos controlar, mas es él quien nos controla, quien convierte lo que podría ser un día bueno en un torbellino de lágrimas y pensamientos autodestructivos. Mi psicólogo dice que quien tiene mayor mundo interno (normalmente los artistas, creadores, los que pensamos demasiado) es más propenso a que esto le ocurra. Pero, ¿por qué a nosotros? ¿Acaso deberíamos ser una ameba sin padecimientos ni preocupaciones ni mundos explorables en nuestro interior? ¿Por qué todos tenemos que pagar ese precio solo por ser más sensibles? ¿No puede existir un solo artista sin demonios y luchas intrapersonales? Si tenemos tanto dentro,  un mundo tan amplio por descubrir y caminar, sería mejor ser recompensados, atraer emociones bonitas que nos ayudaran a equilibrar nuestra vida, que nos abrihuen de vez en cuando de el hosyil exterior pues todo lo contrario es una injusticia, un pago demasiado alto. A veces deseo ser una medusa, dejar de pensar y sentir, de preocuparme y tener miedos para no tener que sufrir y crearme heridas invisibles a la humanidad pero entonces... dejaría de ser yo, una humana de carne, huesos y más pensamientos y pesares del que espacio tengo... Y por mucho que duela supongo que siempre es mejor ser nosotros mismos..., a pesar de estos días cuesta arriba en que un alma de medusa nos sentaría de gloria.


                                


martes, 22 de septiembre de 2020

Miedo al Miedo

                



                          "Miedo al Miedo"


Agorafobia: trastorno de ansiedad que consiste en el miedo a situaciones inevitables que te lleven a un ataque de pánico.

La gente que no las ha sufrido, que no las ha vivido, no calcula la potencia de una enfermedad mental. Mi vida no era perfecta ni tampoco la mejor pero estos trastornos han llegado para arruinarla, para cambiarme, para destrozarme como ser humano y alejarme del camino que para mí estaba trazado. Ahora soy todo lo que critiqué, todo aquello que me partía el alma ver. Una hoja en blanco, un cuerpo de cartón, un objeto vacío, una vida hueca que se mueve por el mundo de puntilla sin dejar pisada firme, sin sentir nada demasiado, sin prestarle mucha importancia al tiempo, solo al miedo.
Miedo, sí, esa es la palabra que me ha robado la identidad, es eso que de solo escribirlo siento. Lo peor de una ansiedad no es ella en sí, es el miedo que se le tiene al hecho de tenerla. Es no ver jamás la luz al final del túnel, es sentirte inútil, es el temor al mañana, es el tener que vivir, perdón, sobrevivir día a día sin saber ni cómo. No estoy vacía ni siempre he sido de cartón, pero el hecho de cobrar vida, de sentir, de experimentar emociones, de pensar, de perder el control me aterra tanto, que solo me aferro al vacío...
Yo antes sentía más profundo que nadie, me perdía en mis pensamientos durante días y vivir en ellos lo adoraba, yo sentía tener todo controlado, yo soñaba y vivía haciendo de cada día algo mejor y cada paso lo dirigía para cumplir mis metas, yo escribía llenando mi alma también de la de otros personajes que necesitaban mi voz, yo cerraba los ojos sin temor al subconsciente, yo adoraba los subidones que tenía de alegría, yo amaba la adrenalina, el estar contenta, mis cambios de humor, yo me reía de todos mis problemas, porque en el fondo sentía que todo era pasajero. Ahora, ahora perdí esa seguridad y ahí es cuando el miedo se apodera de todo y no me deja avanzar. Yo antes soñaba en grande, con conseguir muchas cosas a pesar de ser diferente, hoy solo quiero una vida normal.
Sí, siempre fui nerviosa, insegura, tímida, vergonzosa, indecisa y extremadamente preocupada, pero lo era a ratos porque a otros era lo contrario y eso se apreciaba, esos momentos en que no era así eran los mejores y los que quería que se quedarán siempre en mí, pero hoy son los que me dan pánico, los que me dejan sin aliento, sin consciencia, los que me hacen temblar y dan taquicardias, me hacen dudar, ver todo oscuro, sufrir, llorar, temer, los que hacen que se me tranque la respiración, me duela el pecho y me tiemblen hasta las uñas. Ahora las cosas de las que más segura estaba en la vida, son las que menos veo claras, las que me hacen dudar y comerme la cabeza, y me preocupo y me confundo y me siento indecisa, nunca sé si estoy haciendo bien o mal, si las cosas son como creo o solo yo creo que son así pienso demasiado todo el tiempo, más de lo que se le debería permitir a cualquier ser humano. Quisiera poder salir de mí, arrastrarme a la realidad y verlo todo en tercera persona, entonces analizar la situación y determinar si siento correctamente o de modo distorsionado, si soy yo que veo así o es visible para todos.
¿Por qué? ¿Cuándo? ¿Cómo cambió mi vida? No tengo ni idea y con certeza no lo sabe nadie, solo sé que duele, que es difícil, que no veo la tan ansiada normalidad que busco y me prometen, tengo épocas malas y otras no tan malas, ¿normales?, ya no. Y no me conformo, y me dan ganas de rendirme, y quiero que se me escuche y se me entienda y quiero ayuda y quiero dejar de sufrir porque en mí puedes ver una risa y una alegría infinita, pero eso ya siempre es pura cartulina. No me he quitado de en medio por falta de fuerzas, de valor y por la puta esperanza supongo, de que en realidad un día mi vida puede cambiar y yo también, y si me voy del mundo sin verlo me arrepentiré y habré quedado como una idiota.
La pasión más grande que he descubierto en mi vida ha sido la literatura, ahora me da miedo, y así no me vale la pena vivir, quiero que eso se acabe. Me da miedo sentir, pensar para escribir. Y tengo ideas, pero las alejo para que no me perturben, y me buscan mis mundos inventados, y les huyo. Y todo queda en pausa en espera de ese día donde todo cambie y yo recupere un poco de lo que era, porque también soy consciente que no seré todo lo que fui. Doy lo mejor de mí e intento seguir mi vida y mis escritos como si nada, pero me cuesta la vida cada palabra, ya ni siquiera sé organizar las letras que llevan. Me da miedo no recuperarme, no poder escribir más, no poder amar mis mundos, no querer sentir, no lograr pensar, me da miedo que la escritura se aleje de mí aunque sé que yo soy quién lo hace. Cuando leo lo que escribo ahora me doy cuenta que no soy la misma, que perdí mi "toque", que ya no desgarro ni emociono ni toco el alma, que ya no se identifican con mis palabras porque es que yo ni quiero sentir a fondo nada antes de plasmarlo, y lo intento, pero me da miedo.
Las emociones fuertes me desequilibran aun más de lo que estoy y por mucho que jure que los ataques de pánico ya son normales y no me dan miedo, es mentira, porque cada vez son más extensos y difíciles de enfrentar. En muchas ocasiones los siento necesarios y solo quiero que me invadan lo antes posible para ya salir de ellos, porque los veo venir, pero cuando están presentes me hago una bola en la cama y me cubro la cara de lágrimas que no tienen para cuándo acabar, y todo es vacío, y oscuro, y todo es presente y no existe futuro, y me ahogo en un pozo cada vez más profundo, hasta que se para todo y yo ya no sufro.... Ni una lágrima, ni una pena, ni un pensamiento, ni un recuerdo de por qué empezó todo eso. De repente estoy entera y eso significa vacía, y mi energía se consumió tanto, que no puedo levantar los párpados, no me sale la voz, ni la sonrisa, no consigo mover los desos y mucho menos mi cuerpo, es como si un sueño profundo se apoderara de mí y yo siempre, termino cediendo ante él.
Me he dado cuenta que en mi vida han habido siempre cosas que me han dado taquicardias, que me han creado sensaciones desconocidas, que me han invadido de incomodidad, pero tanto, que pareciera que ya lo hubiera sentido antes, cosas que me emocionan como cuando empatizamos con alguien que pasó por lo mismo que nosotros. Muchas las he superado, pero a base de haberlas tenido que vivir y ahora las que me restan no son más que miedos sueltos de los que me sigo alejando mientras ellos me agarran más fuerte de la mano. Cosas que no quiero, retazos de vida que no busco, son el final del pozo al que veo me avecino y no quiero, no quiero conocerlo nunca. Han sido cosas a las que les he huido siempre atemorizada sin saber por qué y ahora creo que es porque siento es mi destino y lo rechazo. Como el corazón roto, no creer em el amor, no tener ilusiones, tener una vida vacía y no encontrarle sentido a los días, sobrevivir y no vivir...
De todo lo que me resta, lo que más me aterra es la adicción, es no poder vivir sin mis pastillas o sustancias que me alejen de la realidad, y que eso me haga perder todo control, toda cordura, me da miedo no poder ser normal y llevar una vida simple como la que antes rechazaba, me da miedo quedarme en la calle, morir de una dosis mal medida -como ya me pasó sin querer- o de un accidente de coche por cogerlo en tan mal estado que no recuerde que ni manejar sé.
Me da miedo la vida de la noche en las calles, en las discos, la promiscuidad, el olvidar el bien y el mal, el solo vivir el momento, el pensar nada más en mí, en no obedecer reglas, en acabar en lo más bajo del mundo por obedecer a mis instintos y no a mi mente que ya no sabe nada de coordinación. Supongo que me da miedo nuevamente todo lo que nunca he sido, porque quizás lo pueda ser, ya que ahora soy todo lo que odié, critiqué e intenté arreglar, porque amaba la soledad y hoy me da pánico estar sola en ella porque controlaba todo y lo que se salía de mis manos lo adoraba, eran grandiosas sorpresas, ahora me da miedo porque lo único que me toma por sorpresa es el pánico, es estar bien ahora y no saber si lo estaré, sin razón, en el minuto siguiente, porque siempre es así, porque es a diario, porque hace nada estaba perfectamente y ahora apenas me sale fuerza en los dedos para terminar de escribir esto que ni siquiera recuerdo de qué iba...
Creo que iba de explicar que lo peor de la ansiedad es el miedo que se le tiene porque eso te causa aun más, y de ese círculo, me temo que no se sale pero el hecho de que nadie lo entienda, nadie lo vea, le de ni valor ni atención, también es muy duro, pero claro, si ni una entiende lo que le está pasando, si es todo interno, ¡cómo alguien de afuera va a entender! No lo hacen y no lo harán a menos que lo hayan vivido, porque el mundo se ha acostumbrado a acuñar de enfermedad solo lo que se ve, por eso a nosotros que gritamos en silencio profundamente pidiendo auxilio, nadie nos oye, nos ayuda, nos entiende ni atiende y esa es soledad de la mala, a la que solo le vemos una salida y en ella muchos acabamos. Y todavía el resto del mundo tiene el descaro de preguntar <<¿por qué se suicidó?>> y de decir <<no sabía que estaba tan mal, hubiera pedido ayuda, hubiera puesto de su parte>>. Pues no, así no funciona y lo vean o no, venimos pidiendo ayuda cada día, la manera en que se lo tomen ustedes no es nuestra culpa también. Yo no quiero terminar así, supongo, no sé, pero poco sé hacer para arreglarlo más de lo que hago y lo que hago no me llena.
Las enfermedades mentales aunque no se vean tanto como una herida en la piel, son mucho más graves y devastadoras, acaban con todo a su paso. Son inteligentes, invaden de a poco, sin alarmar y cuando te das cuenta te han dominado y ya no tienes cómo huirles. Yo estuve años padeciendo los síntomas, aislada y esporádicamente, y ni los médicos ni yo tuvimos respuesta, hasta que mi dolencia se tuvo que volver física para que 7 años más tarde, alguien le prestara atención.
Evitemos eso, leamos, aprendamos, empaticemos y tratemos de ayudar, y si no lo van a hacer, por lo menos no estorben con consejos inútiles, creanme que si supieramos manejarlo o evitarlo, no estaríamos enfermos porque somos los que más sufrimos. Y esto, aunque sea mental no se maneja ni arregla con la mente, ustedes no se curan una cardiopatía a base de pensamientos positivos tampoco, a ver si nos lo vamos aprendiendo. Y nada, que los trastornos mentales son una puta mierda destroza vidas, y que ojalá un día la mía cambie porque me pesa explicar que estoy mal o pedirle a alguien que esté conmigo en esto y me aguante cuando no lo hago ni yo, es injusto para mí y para ella, y nos merecíamos algo mejor..., lo siento. Te prometo que si pudiera ser diferente, lo sería, solo por los esfuerzos y la paciencia, tienes ganado lo mejor. Espero poder dártelo un día.

Los agorafóbicos temen a lo que pueda generarles ansiedad, tienen miedo a la propia activación fisiológica y a los pensamientos sobre las consecuencias de experimentarlas, como la idea y sensación de morir.
Se podría definir la agorafobia como: miedo al miedo.

martes, 17 de diciembre de 2019

Diario de una Agorafobia




               Diario de una Agorafobia



No puedo. No puedo más. Estas son las únicas palabras que logro entrelazar desde hace un par de meses. Y no puedo más. Me odio a mí. Odio ser yo. Odio estar en este cuerpo y no poder escapar de él. Odio estar dentro de mi mente y perderme en sus millones de agujeros oscuros. Odio todo, no quiero nada. No quiero vivir, sentir, pensar, no quiero dolor ni felicidad, no quiero nada o sí, solo quiero no querer nada. No entiendo lo que pasa a mi alrededor ni cuándo ni cómo, no entiendo cómo de repente mis manos temblorosas están sangrando, y no sé cuándo sucedió, ni cómo lo hice, ni cómo a llegado la sangre a manchar la pared, no sé en qué instante hice nada o me hicieron algo si he estado aquí todo el tiempo, ¿cómo no lo vi? ¿Acaso no he sido yo la que ha estado aquí? Podría ser que fuera alguien más…, otra, porque hay días en que me siento como un globo que que se va inchando con ansiedad, con miedos, con locura, con depresión, con una ira descomunal sin sentido no sé ni dirigida a qué, y cuando la dirijo a algo, el globo crece a mayor velocidad y escapa de la Tierra, y no sé dónde va, no sé dónde me voy, solo sé que cuando regreso al mundo, es que me doy cuenta que por un momento me fui, que estuve ausente y que no recuerdo ni lo que hice, ni lo que dije, ni lo que pasó, solo recuerdo lo que sentía, mucha rabia, mucho dolor, muchas ganas de gritarlo y llorarlo, de cortarlo, de sacarlo de una vez por todas de dentro de mi sistema porque me está volviendo loca y cada vez se ve menos probable que algún día vuelva a estar cuerda y estable. Siento que este desenfreno que no me permite ni organizar una oración correctamente o pronunciarla, me va a llevar a la tumba. Que de repente este dolor en el pecho me detendrá el corazón, que esta falta de aire no me dejará volver a inhalar, que estos temblores romperán en miles de pedazos mi cuerpo y habrá una gigante explosión de carne, huesos, de orgános, de mi sangre y que solo ahí, solo entonces estaré en paz. Solo así dejaré de vivir en este punto entre rendirme y ver cuánto más puedo aguantar.

Me siento corriendo una maratón a la locura que mientras más lento intento correr más rápidos son mis pasos. Siento que cuando llegue allí mi corazón estallará finalmente y vomitaré todo este estrés, este puto dolor que no se por qué lo siento. Y soy incapaz de decir lo que pasa y todos son incapaces de entenderlo, ni los que quieren lo consiguen. Todo se ve mal, todo está mal, hasta el rosa de mis días lo veo negro. ¿Por qué mi antigua realidad está tan distorsionada? ¿Por qué no quiero ni tenerla delante si ella es la puta luz de mis días? ¿Por qué quiero sacarla de mi existencia si solo con ella exsito? ¿Por qué no puedo? ¿Por qué no puedo con nada? Todo pesa, todo duele, todo es demasiado, todo me aplasta el pecho y desorbita los latidos, me mata el dolor en mi cabeza y solo quiero quitármela de encima.  No quiero vivir más en la niebla, todo se ve borroso ante mis ojos, todo segundo es eterno y desenfocado, todo creo que se pondrá negro de un momento a otro, no tengo equilibrio y sé que me desmayaré en cualquier instante pero no, ni eso pasa para darme paz, ni eso puedo lograr, y es lo único que quiero, nada, ver todo negro de un segundo a otro, entrar en coma, salir de mi cuerpo y volver cuando todo esté en orden. No quiero más esto, no lo soporto, no soy así de fuerte aunque todos se hayan pasado la vida diciéndolo, ojalá me vieran ahora, soy todo lo contrario, soy un fracaso para ustedes y para mí misma. No le veo sentido a lo que hago o  digo pero igual lo ejecuto, es como que alguien piensa, siente y habla por mí y no se cómo echarle de mi cuerpo. Y no puedo dejar de temblar ni para sostener una bendita bebida, hasta mi respiración siento temblar antes de irse de mi cuerpo. Las palabras no puedo decirlas en un tono normal, o no salen o salen tan atropelladas que no se comprenden.  Llega el momento que solo puedo llorar y gritar para sacarlo de mí y ni así se va, solo quiero quejarme hasta que alguien se adueñe de esto, que alguien se lo lleve, que lo aleje de mí, que no quiero esto en mi vida, que no soy yo, y que no puedo pararlo, que necesito que se detenga porque no puedo, no lo aguanto ni un segundo más… 

Con este huracán de locura a veces, solo a veces, siento tocar fondo y es ahí que no tengo energías ni para dejar los ojos abiertos, esta entidad que se apodera de mí... luego del llanto, se va y me deja el alma hecha trozos y a mi cargo el ocuparme de lo que ella acaba de hacer. Y no soy nada, soy solo una bola de miedos y paranoias y neurosis caminando, no sé qué pasa , quién soy, hasta cuándo es todo esto, solo sé que ya no puedo y que tiene que parar y tengo que volver a ser yo misma, aunque tampoco nunca fui de lo mejor como para extrañar aquello, pero reconozco que era mejor que esto. Cualquier cosa lo es.