"Piezas Rotas."
Apenas y tenemos algo en común, podrÃa decirse que nada, que somos polos opuestos, que ella es todo lo que siempre repudié, de lo que me alejaba y criticaba, y yo, resulté ser lo que ella buscaba desde el primer instante. Con el tiempo descubrà que no éramos tan opuestas, ni ella tan mala ni radical como se describÃa aunque ama que el mundo la crea. No pude dejar de hablarle después que tocó mi punto débil: el amor, el alma gemela, la pareja perfecta, la otra mitrad... Aquella aparente macarra que no le daba importancia a nada, ni creÃa en el compromiso, creÃa en esas cosas más que nada en el mundo, y encima, habÃa pasado su vida buscándolo. Qué casualidad, ¿no? Bueno, por decir algo porque en las casualidades no creo, eso no fue más que un maldito truco del destino para que me acercara al fuego sin miedo a quemarme, y asà hice. (Qué raro que ahora esté escribiendo esta queja sobre ello cuando algo tan involutivo siempre lo idealicé como la mayor expresión de romanticismo existente.) De cualquier modo, aquel amor por la inocencia y los cuentos de hadas no fue lo que nos unió, nos unieron nuestras oscuridades, los descocidos que llevábamos en el alma, los fantasmas que las rellenaban y las cicatrices que fingÃamos no estaban ahÃ. SentÃamos haber encontrado alguien que nos entendÃa, que comprendÃa y compartÃa cada puta tara y locura que tenÃamos, porque la que no tenÃa yo, la tenÃa ella, o las dos, y si no, al menos la entendÃamos. Eso nos hizo sentir en casa, en un sitio donde no habÃa nada que forzar, donde no habÃa que hacerse entender, que encajar. No nos dimos cuenta de algo, o ella no se dio cuenta, no sé, y es que eso que nos unió siempre tuvo más probabilidades de separarnos que de acercarnos. ¿Sabes por qué Stef? Porque el hecho de que tenga tus locuras, y tú las mÃas, que entienda lo que experimenta tu cuerpo y mente con solo un pensamiento y una pelÃcula inventada, no significa que me guste, que no tengo lÃmite, que soy inmune al acto que esto te hace realizar. Por eso por mi parte, he intentado que el que me entiendas sea para bien, para comunicarme y sentirme a salvo, pero jamás para aprovecharme de tu comprensión hasta llegar a tu punto máximo, probando a suertes, si vas a aguantar o no, teniendo seguridad de que lo harás “porque lo entiendes”. Y eso siento que haces tú, pero no, no funciona asÃ. Y yo, ya no sé, no sé si vas a seguir toda la vida poniendo esto aprueba, sin control ni medida, ni sé si yo lo voy a soportar siempre, o sà lo sé, y tú también: no, no lo voy a aguantar. Y qué pena…, que pena que hayamos sido reducidas a lo que sea que somos ahora, esperaba que sabiendo que este comportamiento solo evitarÃa que me quedase para siempre (como en todo momento quise) pudieras modularlo. Veo que no, y me duele, porque yo sé me veÃa hasta viejita a tu lado… Será que aquello del inicio, esa luz y belleza que creamos de tanto oscuridad solo fue un espejismo, y que en realidad, dos piezas rotas, nunca formarán una figura completa… Es una lástima, porque también siempre he sabido, que serÃas el gran dolor de mi vida, el amor que me iba a irónicamente, hacer querer dejar de creer en él y en buscarlo, aun sosteniendo tu mano, sentÃa el hueco inmenso que se crearÃa cuando ya no la tuviera.