Usted...
¿Por qué me mira como si fuera la cosa más bella del mundo
si no soy un espejo?
Amo ver esa mirada que me da
cuando se me queda mirando.
Amo huir a nuestro mundo
sujeta de la cuerda de luz
que me arroja su pupila.
Amo las maravillas
que se hacen dos retinas a miles de kilómetros.
Amo que en nuestros iris
nos hayamos tenido a dos metros,
hayamos danzado,
tomado las manos
y hasta atrevido a besarnos.
¡Y todavÃa cree que necesito
conocer su aroma para el amor!
si no soy un espejo?
Amo ver esa mirada que me da
cuando se me queda mirando.
Amo huir a nuestro mundo
sujeta de la cuerda de luz
que me arroja su pupila.
Amo las maravillas
que se hacen dos retinas a miles de kilómetros.
Amo que en nuestros iris
nos hayamos tenido a dos metros,
hayamos danzado,
tomado las manos
y hasta atrevido a besarnos.
¡Y todavÃa cree que necesito
conocer su aroma para el amor!
Ay señora..., señora mÃa.
Usted no sabe nada de mis fantasÃas,
pero fuera de ellas sigo llamándole mÃa
como sigue usted aceptando mis osadÃas.
DeberÃa saber que sus sueños
le susurraron la verdad a los mÃos,
y que yo guardaré el secreto
de sus terrores nocturnos a los dÃas,
pero no,
no me pida la creencia de su agnosticismo por distancia
mirándome de esa manera.
Porque si en verdad fuera yo un espejo,
oh, si fuera un espejo,
¡ni usted misma se convenciera!
Usted no sabe nada de mis fantasÃas,
pero fuera de ellas sigo llamándole mÃa
como sigue usted aceptando mis osadÃas.
DeberÃa saber que sus sueños
le susurraron la verdad a los mÃos,
y que yo guardaré el secreto
de sus terrores nocturnos a los dÃas,
pero no,
no me pida la creencia de su agnosticismo por distancia
mirándome de esa manera.
Porque si en verdad fuera yo un espejo,
oh, si fuera un espejo,
¡ni usted misma se convenciera!