jueves, 17 de diciembre de 2020

The reader, opinión y comentarios






"The reader", opinión y comentarios.


Hoy tras un maratón de filmes he llegado hasta The reader (El lector), el cual llevo guardando por años porque creo que los libros como las películas para ser plenamente disfrutados y comprendidos, para que dejen huella, tienen que tener su momento perfecto. No soy fan de irme tras la película al estrenarse por haberme cegado con tanto marketing, valoro mucho el cine y la literatura, ninguno es trabajo de un día sino de detalles y por la emoción de verlo lo antes posible podríamos perder importantes matices. Soy una amante de los dramas románticos no lo niego, pero hacía mucho no sufría tanto con uno, realmente la película consigue atraparte en un dilema moral por el cual pasa el propio protagonista Michael Berg, aunque a él se le resuelve mucho más rápido que al espectador que desea un giro de guión hasta el último segundo y culpa a Berg de sus decisiones, al menos fue mi caso. Tal vez el hecho de practicar la abogacía tras el misterioso abandono de Hanna lo volvió un hombre más racional que emotivo, lo cual se puede apreciar hasta el final del filme donde tras tantos años él no consigue crear vínculos duraderos con mujer alguna. Tanto la película como la novela del alemán Bernhard Schlink tratan el Holocausto judío, el amor y sus huellas y el descubrimiento y tienen como tema el sufrimiento que trae consigo el conocimiento. En cierto punto te planteas varias interrogantes que el mismo protagonista tuvo que enfrentar en ese momento, al reencontrarse, como estudiante de derecho, con Hannah en medio de un juicio por sus horribles acciones pasadas, las cuales él desconocía. Pero no solo eso ahí el descubre que la pasión de la mujer porque él le leyera tenía una explicación que podría haber resuelto el dilema de la película: ella era analfabeta y estaba extremadamente avergonzada de eso, tanto como para elegir una sentencia perpetua antes que decirlo. ¿Están justificados los actos de la acusada si no sabía realmente lo que hacía? ¿Con juzgar a los guardianes de un campo de concentración, probablemente los últimos monos dentro de los nazis, llega y se calman las conciencias? ¿Puede uno seguir queriendo a la persona amada después de descubrir que ha cometido un crimen imperdonable? ¿Se puede a través del amor perdonar?

(Spoiler Alert, si no has visto la película no sigas leyendo)

 Para Michael claramente fue un "No" rotundo la respuesta, para mí..., a pesar de que es y hubiese sido difícil, sería un "Sí". Si es que el amor es tan verdadero no tiene condiciones, me pongo en su piel y hubiera intercedido y dicho que era analfabeta y pagaría lo justo como las demás compañeras, no una exagerada sentencia que no le correspondía. Su horror fue tanto que él no pudo hacerlo y supongo que la declaración de ella en el juicio tuvo mucho que ver, no parecía arrpentida simplemente hablaba como si fuera una máquina que solo seguía instrucciones y este tipo de controladoras acciones se ven en ella a través de todo el filme. Cuando Hannah gracias a él aprendió a leer y escribir, escuchando los cassettes de Berg leyéndole, aprendió y entendió el horror y magnitud de sus acciones, el saberlo le dolió tanto que prefirió acabar con su vida que vivir con ello. Y es que yo me pongo en su piel pensando en mi pareja, y hablo desde un amor sincero e incondicional mas no ciego, y yo daría la vida, hiciera lo necesario por salvarla y ayudarla hasta dentro de la más difícil de la situación, mataría y hasta ocultaría un cadáver por ella de ser necesario. Porque el amor puede ser comprensivo, puede perdonar, puede ayudar a crecer y aprender, cuida, protege, la pareja es un equipo basado en la confianza, la comunicación y el respeto. Por lo tanto llegando al final de The reader, me reivindico, yo hubiera tomado la decisión opuesta a Michael, ella no era consciente del todo de sus acciones y el dolor de verlo y saber que está tan decepcionado que ni la ayuda, totalmente te hace odiar al protagonista y verlo como el villano de la historia a pesar de no ser contada desde el punto de vista de Hannah. Una mujer totalmente analfabeta que podemos ver desde el inicio en todos sus bruscos tratos y movimientos, era como un soldado que solo ejecutaba órdenes recibidas como tantos durante el holocausto, así que un juicio y aun más una condena (tanto del gobierno como de tu pareja) me parece ridículo, los que deberían estar siendo juzgados eran los altos mandatarios, y aun así no, no sirve para limpiar consciencias ni sanar heridas, no se pueden resarcir las muertes con cadenas perpetuas. Sin embargo no pierde méritos, es una gran película y trama con extraordinarias actuaciones y el propósito de toda obra de arte es hacerte pensar y reflexionar, conmigo lo han conseguido.




lunes, 23 de noviembre de 2020

Espíritu Grinch

              



                  "Espíritu Grinch".


Mi espíritu navideño murió el día que murió mi madre. So not big expectations for CHRISTMAS anymore. Es así como te das cuenta que lo importante es la gente y el amor, no las festividades o fechas inventadas y mucho menos el lugar o condiciones... En este año donde tantos han sufrido pérdidas, que ha sido tan duro económica y emocionalmente, un año diferentes lleno de cambios y bruscas adaptaciones me parece que no seré el único grinch, eso me hace sentir aliviada, arropada, acompañada de alguna manera. Sí, la vida sigue... No se engañen: no sigue igual, por mucho que lo diga Julio Iglesias. Cuando te arrancan un pedacito de ti, un trozo de alma, un cacho de corazón tu cuerpo sigue viviendo obligatoriamente pero tu cabeza y espíritu un poco menos. Eso es lo que hay que aceptar de la pérdida: que no vamos a ser los mismos, no el hecho de que nuestras personas amadas no nos van a acompañar. Yo vivía por y para mi familia, nuestras reuniones, y por supuesto Navidad con su Noche Buena y su fin de año era la mejor de las épocas, vivía esperándola con ansias. Adoraba las cenas de mi madre, los karaokes ridículos en familia hasta la madrugada, los bailes de mi abuelo y mis tíos, a mi pequeño primo siendo el centro de atención por el que todos babeábamos, los vergonzosos disfraces que me hacía llevar mi madre, todo el montaje del árbol, la repartición de regalos, la expectación por las chuches de Santa, los cuentos para el día después de todos los que terminaron en peda mientras comíamos lo que quedaba del día anterior, y el dormir todos juntos aunque estuviéramos como sardinas enlatadas. Tenía una sensación, un olor, una emoción para describir esas fechas en que todo era felicidad. Hasta que ella murió y justo como no quería mi bella familia se derrumbó, nunca supe que era tan de cartón, tuvimos que perderla a ella para abrir los ojos en muchos sentidos, un año mi padre intentó con su nueva pareja hacer todo igual, pero nada fue lo mismo. Al siguiente mi hermana y yo por nuestra cuenta nos montamos una fiesta, muchos amigos, alcohol y cero familia, bastante buena, hasta que caes en cuenta que no son amistades reales sino de fiesta. En fin, que ahora prefiero resistirme a las comidas que hacen mis tíos donde de casi 20 quedamos 5, donde siempre va mi hermana a su rollo con el novio de turno y yo sola cantando canciones de la década y hablando de enfermedades con mi abuela, me voy más por el llanto, la cobija de mi cama y una peli mala, quizás una pastilla para dormir y que pase lo más rápido posible la pesadilla. Y no sé, tal vez en algún momento cambie y sea uno de esos jóvenes que se van con "amigos" a beber hasta vomitar con las luces agobiantes de cualquier discoteca o bar petado. Ya sin esperar calma, amor, el beso tierno peliculero de abrir el año o el hacer manitas en la cena y sacarte 10 fotos junto al árbol o amanecer en pijamas a juego con un desayuno de teleserie. De momento no espero nada, eso es lo mejor que puedo hacer. Sí han pasado siete años, para mí es como si hubiera sido ayer, es cierto que el dolor amena, pero sigue, y los recuerdos son muy malos amigos...
Más de uno este año estará viviendo esta fase y en la distancia le hará compañía a mi soledad. Yo aunque ella decía que no quería verme llorar no puedo evitarlo y el "sé feliz que eso es lo que ella quisiera" me parece una pantomima qué quieres que te diga. Yo soy... lo que puedo, como puedo, cuando puedo. Y está bien y no estamos locos, todo en la vida es un proceso, tenemos que recordarlos con gozo y no olvidarlos, pero no intentemos fingir que todo sigue igual y menos haciendo lo mismo porque es un inmenso y doloroso fallo. A abrazar la vida nueva, a agradecerles el tiempo que nos acompañaron y a llorarles un poquito, creo que esonle sienta bien al corazón de vez en cuando. ¿Vamos a ser felices? Claro, por momentos como todos, la alegría nuestra no está atrofiada y aunque no lo aplique, sé que sonriendo no les estamos fallando, pero cada quien a su ritmo, a su paso, poco a poco. Que volver a poner en forma un músculo atrofiado es un proceso lento y difícil, y el corazón donde ha muerto nuestro espíritu no queda exento de él. Sin prisa, que todo llega cuando estás listo...

                 


martes, 13 de octubre de 2020

Tras Bastidores



                          Tras Bastidores


¿Alguna vez has sentido que estás muerta? ¿Que vives en piloto automático? ¿Que tus días son una continua monotonía a la que no sabes sacarle partido? ¿Que ya todo lo bueno que podía sucederte te ha pasado? A ella sí..., y Rebecca podrá enseñarte cómo sacar el mayor arco iris de esa inacabable tempestad. Quizás en tu pasado está la respuesta, quizá la llave a la felicidad no es el futuro, quizá un presente olvidando las despedidas es la respuesta también a tu pregunta.

La novela "Tras Bastidores" te sumergirá más en el tema, quizás sea el salvavidas literario que tus días necesitan... 

Un buen libro puede cambiarte la vida.

martes, 22 de septiembre de 2020

Miedo al Miedo

                



                          "Miedo al Miedo"


Agorafobia: trastorno de ansiedad que consiste en el miedo a situaciones inevitables que te lleven a un ataque de pánico.

La gente que no las ha sufrido, que no las ha vivido, no calcula la potencia de una enfermedad mental. Mi vida no era perfecta ni tampoco la mejor pero estos trastornos han llegado para arruinarla, para cambiarme, para destrozarme como ser humano y alejarme del camino que para mí estaba trazado. Ahora soy todo lo que critiqué, todo aquello que me partía el alma ver. Una hoja en blanco, un cuerpo de cartón, un objeto vacío, una vida hueca que se mueve por el mundo de puntilla sin dejar pisada firme, sin sentir nada demasiado, sin prestarle mucha importancia al tiempo, solo al miedo.
Miedo, sí, esa es la palabra que me ha robado la identidad, es eso que de solo escribirlo siento. Lo peor de una ansiedad no es ella en sí, es el miedo que se le tiene al hecho de tenerla. Es no ver jamás la luz al final del túnel, es sentirte inútil, es el temor al mañana, es el tener que vivir, perdón, sobrevivir día a día sin saber ni cómo. No estoy vacía ni siempre he sido de cartón, pero el hecho de cobrar vida, de sentir, de experimentar emociones, de pensar, de perder el control me aterra tanto, que solo me aferro al vacío...
Yo antes sentía más profundo que nadie, me perdía en mis pensamientos durante días y vivir en ellos lo adoraba, yo sentía tener todo controlado, yo soñaba y vivía haciendo de cada día algo mejor y cada paso lo dirigía para cumplir mis metas, yo escribía llenando mi alma también de la de otros personajes que necesitaban mi voz, yo cerraba los ojos sin temor al subconsciente, yo adoraba los subidones que tenía de alegría, yo amaba la adrenalina, el estar contenta, mis cambios de humor, yo me reía de todos mis problemas, porque en el fondo sentía que todo era pasajero. Ahora, ahora perdí esa seguridad y ahí es cuando el miedo se apodera de todo y no me deja avanzar. Yo antes soñaba en grande, con conseguir muchas cosas a pesar de ser diferente, hoy solo quiero una vida normal.
Sí, siempre fui nerviosa, insegura, tímida, vergonzosa, indecisa y extremadamente preocupada, pero lo era a ratos porque a otros era lo contrario y eso se apreciaba, esos momentos en que no era así eran los mejores y los que quería que se quedarán siempre en mí, pero hoy son los que me dan pánico, los que me dejan sin aliento, sin consciencia, los que me hacen temblar y dan taquicardias, me hacen dudar, ver todo oscuro, sufrir, llorar, temer, los que hacen que se me tranque la respiración, me duela el pecho y me tiemblen hasta las uñas. Ahora las cosas de las que más segura estaba en la vida, son las que menos veo claras, las que me hacen dudar y comerme la cabeza, y me preocupo y me confundo y me siento indecisa, nunca sé si estoy haciendo bien o mal, si las cosas son como creo o solo yo creo que son así pienso demasiado todo el tiempo, más de lo que se le debería permitir a cualquier ser humano. Quisiera poder salir de mí, arrastrarme a la realidad y verlo todo en tercera persona, entonces analizar la situación y determinar si siento correctamente o de modo distorsionado, si soy yo que veo así o es visible para todos.
¿Por qué? ¿Cuándo? ¿Cómo cambió mi vida? No tengo ni idea y con certeza no lo sabe nadie, solo sé que duele, que es difícil, que no veo la tan ansiada normalidad que busco y me prometen, tengo épocas malas y otras no tan malas, ¿normales?, ya no. Y no me conformo, y me dan ganas de rendirme, y quiero que se me escuche y se me entienda y quiero ayuda y quiero dejar de sufrir porque en mí puedes ver una risa y una alegría infinita, pero eso ya siempre es pura cartulina. No me he quitado de en medio por falta de fuerzas, de valor y por la puta esperanza supongo, de que en realidad un día mi vida puede cambiar y yo también, y si me voy del mundo sin verlo me arrepentiré y habré quedado como una idiota.
La pasión más grande que he descubierto en mi vida ha sido la literatura, ahora me da miedo, y así no me vale la pena vivir, quiero que eso se acabe. Me da miedo sentir, pensar para escribir. Y tengo ideas, pero las alejo para que no me perturben, y me buscan mis mundos inventados, y les huyo. Y todo queda en pausa en espera de ese día donde todo cambie y yo recupere un poco de lo que era, porque también soy consciente que no seré todo lo que fui. Doy lo mejor de mí e intento seguir mi vida y mis escritos como si nada, pero me cuesta la vida cada palabra, ya ni siquiera sé organizar las letras que llevan. Me da miedo no recuperarme, no poder escribir más, no poder amar mis mundos, no querer sentir, no lograr pensar, me da miedo que la escritura se aleje de mí aunque sé que yo soy quién lo hace. Cuando leo lo que escribo ahora me doy cuenta que no soy la misma, que perdí mi "toque", que ya no desgarro ni emociono ni toco el alma, que ya no se identifican con mis palabras porque es que yo ni quiero sentir a fondo nada antes de plasmarlo, y lo intento, pero me da miedo.
Las emociones fuertes me desequilibran aun más de lo que estoy y por mucho que jure que los ataques de pánico ya son normales y no me dan miedo, es mentira, porque cada vez son más extensos y difíciles de enfrentar. En muchas ocasiones los siento necesarios y solo quiero que me invadan lo antes posible para ya salir de ellos, porque los veo venir, pero cuando están presentes me hago una bola en la cama y me cubro la cara de lágrimas que no tienen para cuándo acabar, y todo es vacío, y oscuro, y todo es presente y no existe futuro, y me ahogo en un pozo cada vez más profundo, hasta que se para todo y yo ya no sufro.... Ni una lágrima, ni una pena, ni un pensamiento, ni un recuerdo de por qué empezó todo eso. De repente estoy entera y eso significa vacía, y mi energía se consumió tanto, que no puedo levantar los párpados, no me sale la voz, ni la sonrisa, no consigo mover los desos y mucho menos mi cuerpo, es como si un sueño profundo se apoderara de mí y yo siempre, termino cediendo ante él.
Me he dado cuenta que en mi vida han habido siempre cosas que me han dado taquicardias, que me han creado sensaciones desconocidas, que me han invadido de incomodidad, pero tanto, que pareciera que ya lo hubiera sentido antes, cosas que me emocionan como cuando empatizamos con alguien que pasó por lo mismo que nosotros. Muchas las he superado, pero a base de haberlas tenido que vivir y ahora las que me restan no son más que miedos sueltos de los que me sigo alejando mientras ellos me agarran más fuerte de la mano. Cosas que no quiero, retazos de vida que no busco, son el final del pozo al que veo me avecino y no quiero, no quiero conocerlo nunca. Han sido cosas a las que les he huido siempre atemorizada sin saber por qué y ahora creo que es porque siento es mi destino y lo rechazo. Como el corazón roto, no creer em el amor, no tener ilusiones, tener una vida vacía y no encontrarle sentido a los días, sobrevivir y no vivir...
De todo lo que me resta, lo que más me aterra es la adicción, es no poder vivir sin mis pastillas o sustancias que me alejen de la realidad, y que eso me haga perder todo control, toda cordura, me da miedo no poder ser normal y llevar una vida simple como la que antes rechazaba, me da miedo quedarme en la calle, morir de una dosis mal medida -como ya me pasó sin querer- o de un accidente de coche por cogerlo en tan mal estado que no recuerde que ni manejar sé.
Me da miedo la vida de la noche en las calles, en las discos, la promiscuidad, el olvidar el bien y el mal, el solo vivir el momento, el pensar nada más en mí, en no obedecer reglas, en acabar en lo más bajo del mundo por obedecer a mis instintos y no a mi mente que ya no sabe nada de coordinación. Supongo que me da miedo nuevamente todo lo que nunca he sido, porque quizás lo pueda ser, ya que ahora soy todo lo que odié, critiqué e intenté arreglar, porque amaba la soledad y hoy me da pánico estar sola en ella porque controlaba todo y lo que se salía de mis manos lo adoraba, eran grandiosas sorpresas, ahora me da miedo porque lo único que me toma por sorpresa es el pánico, es estar bien ahora y no saber si lo estaré, sin razón, en el minuto siguiente, porque siempre es así, porque es a diario, porque hace nada estaba perfectamente y ahora apenas me sale fuerza en los dedos para terminar de escribir esto que ni siquiera recuerdo de qué iba...
Creo que iba de explicar que lo peor de la ansiedad es el miedo que se le tiene porque eso te causa aun más, y de ese círculo, me temo que no se sale pero el hecho de que nadie lo entienda, nadie lo vea, le de ni valor ni atención, también es muy duro, pero claro, si ni una entiende lo que le está pasando, si es todo interno, ¡cómo alguien de afuera va a entender! No lo hacen y no lo harán a menos que lo hayan vivido, porque el mundo se ha acostumbrado a acuñar de enfermedad solo lo que se ve, por eso a nosotros que gritamos en silencio profundamente pidiendo auxilio, nadie nos oye, nos ayuda, nos entiende ni atiende y esa es soledad de la mala, a la que solo le vemos una salida y en ella muchos acabamos. Y todavía el resto del mundo tiene el descaro de preguntar <<¿por qué se suicidó?>> y de decir <<no sabía que estaba tan mal, hubiera pedido ayuda, hubiera puesto de su parte>>. Pues no, así no funciona y lo vean o no, venimos pidiendo ayuda cada día, la manera en que se lo tomen ustedes no es nuestra culpa también. Yo no quiero terminar así, supongo, no sé, pero poco sé hacer para arreglarlo más de lo que hago y lo que hago no me llena.
Las enfermedades mentales aunque no se vean tanto como una herida en la piel, son mucho más graves y devastadoras, acaban con todo a su paso. Son inteligentes, invaden de a poco, sin alarmar y cuando te das cuenta te han dominado y ya no tienes cómo huirles. Yo estuve años padeciendo los síntomas, aislada y esporádicamente, y ni los médicos ni yo tuvimos respuesta, hasta que mi dolencia se tuvo que volver física para que 7 años más tarde, alguien le prestara atención.
Evitemos eso, leamos, aprendamos, empaticemos y tratemos de ayudar, y si no lo van a hacer, por lo menos no estorben con consejos inútiles, creanme que si supieramos manejarlo o evitarlo, no estaríamos enfermos porque somos los que más sufrimos. Y esto, aunque sea mental no se maneja ni arregla con la mente, ustedes no se curan una cardiopatía a base de pensamientos positivos tampoco, a ver si nos lo vamos aprendiendo. Y nada, que los trastornos mentales son una puta mierda destroza vidas, y que ojalá un día la mía cambie porque me pesa explicar que estoy mal o pedirle a alguien que esté conmigo en esto y me aguante cuando no lo hago ni yo, es injusto para mí y para ella, y nos merecíamos algo mejor..., lo siento. Te prometo que si pudiera ser diferente, lo sería, solo por los esfuerzos y la paciencia, tienes ganado lo mejor. Espero poder dártelo un día.

Los agorafóbicos temen a lo que pueda generarles ansiedad, tienen miedo a la propia activación fisiológica y a los pensamientos sobre las consecuencias de experimentarlas, como la idea y sensación de morir.
Se podría definir la agorafobia como: miedo al miedo.

martes, 15 de septiembre de 2020

Siento Celos


    


           

                         Siento celos


Siento celos de cada pareja que veo.
De las que están en las calles caminando de la mano
dando ese acto por sentado
sin saber la suerte que tienen
de poder tocar la piel de quien aman.
Siento celos de esos que salen en la tele
dándose los besos que solo sueño darte a ti
de nuevo.
Siento celos de esas que se tienen cerca
y no se dan el cariño,
el respeto y el cuidado que pueden,
que tienen la oportunidad de tener algo tan lindo
y no lo hacen.
De esas que sabemos que no se merecen más que nosotras
las facilidades que tienen.
De esas que siempre están peleando,
que se creen que tienen todo el tiempo del mundo
o que el otro siempre va a estar ahí.
Me dan ganas de gritar
que todos son unos éroneos suertudos.
Que la mayoría ni debería tener esa dicha,
que a las personas no tendrían que darle las cosas que no saben apreciar.
Me dan ganas de pedir que amen,
que amen mucho,
que se cuiden,
se valoren
y que no se queden donde no les explote el corazón.
Que no pierdan el tiempo,
que no besen a la ligera,
que aprovechen la cercanía,
donde hoy los tiene la vida,
porque aquí nadie sabe
qué pandemia vendrá mañana.
Míranos a nosotras...
¿Quién puede asegurar
que tras una discusión que la dejaste irse sola pensando que regresaría porque siempre lo hace,
regresará?
No debemos demorarnos en perdonar,
en arreglar lo que nos importa,
en hablar las cosas y estar bien,
porque a veces no volvemos a casa,
no todos amanecemos,
para todos no habrá un mañana,
así que vívanla hoy
para que luego a solas
no se arrepientan de nada.
Yo creo que el mundo necesita un equilibrio para mantenernos en movimiento,
para hacer la vida interesante,
para que tenga un propósito,
de lo contrario sería un juego muy aburrido,
demasiado fácil.
Además quién supera lo difícil merece el mayor de los premios
porque esas relaciones son las que se prueban a sí mismas que estarán ahí contra viento y marea,
que iban en serio cuando dijeron que no se rendirían
y que valía la pena demostrar
que también algunos para siempre existían.
Ahora estamos como al inicio,
con 7000km de mar distanciándonos físicamente,
haciéndome sentir envidia de cada persona que te mira,
del aire que te despeina,
de la botella de la que bebes,
de los dos cachorros que acaricias,
de las sábanas que te envuelven
y hasta el agua que te baña.
Estos kilómetros me han vuelto celosa patológica,
me han acumulado deseos que cumplir contigo,
me han sacado lágrimas de frustración
pero sobre todo,
me han demostrado que tú y yo,
somos de las que íbamos en serio.
Que en cuanto se rompa la barrera iremos a por ese para siempre,
que seremos entonces la pareja
que todos van a celar y desear tener. Porque aunque nuestros impedimentos,
-incluso a los que no los tienen,
logran separar a demasiadas relaciones,
a ti y a mí nos ha traído más cerca.
Más cerca de ti,
más cerca de mí,
más cerca de nosotras.
Hemos crecido,
hemos aguantado,
hemos peleado,
hemos llorado,
hemos reído,
hemos sido increíblemente miserables
pero también infinitamente felices.
Nos hemos demostrado continuamente
que por más celos que se puedan sentir
de aquellos que tienen contacto físico,
no tenemos razón alguna,
porque aunque no sea físico
tú y yo tenemos un contacto fortalecedor,
profundo y tan etéreo,
que jamás nos cambiaríamos por ellos,
aunque pudieramos.
Hoy sé que aun con nuestra distancia,
los de los celos siempre serán ellos.

jueves, 13 de agosto de 2020

¿Comunicación o desconexión?





      ¿Comunicación o desconexión?

No sé si sea solo yo, podría asegurar que no, pero hablaré por mí. Me da tanta pena el mundo en el que me ha tocado vivir, en lo que se ha convertido la sociedad, lo mal que lo estamos haciendo con los avances tecnológicos. En vez de utilizarlos para bien los hemos convertido en todo lo contrario, las redes sociales que eran para acercarnos solo consiguen alejarnos más, pero no solo de las personas que tenemos cerca y queremos, sino también de nosotros mismos. Ya no va solamente de que parece que los móviles son una extensión de nuestro cuerpo, de que cambiamos las conversaciones por chats, dejamos de compartir momentos para compartir posts, stickers, memes, videos, stories, de que dejamos de juntarnos para contar anécdotas y volvernos a reír o crear algunas nuevas solo para ser un grupo de conocidos actuando como extraños cada quien a la pantalla de su teléfono interesado en algo o alguien más que ese momento, no va de eso ya, va de lo que nos ha apartado de nuestra esencia. Tal vez soy yo que soy una rara pero todo esto me da hasta lástima, el ver a tantos chicos muriéndose porque alguien los conozca, viviendo literalmente para "ser alguien" en una red social, buscando la frase perfecta, creando la mejor foto, exponiendo totalmente su cuerpo al mundo entero, buscando promoción de sus cuentas, pidiendo y comprando likes y followers -que al final son cosas vacías y mentiras que ellos mismos se terminan creyendo-, solo para ser "populares", "conocidos" y creerse "alguien", en vez de culturizarse, sentarse a leer un libro o vivir. Realmente me da pena por varias razones... Y es que conozco a estos chicos en persona, de vivir experiencias de verdad y luego los veo en las redes y son personas totalmente diferentes. Son superficiales, son forzados, son mucho postureo y poca realidad y todo parece una búsqueda incesante por llamar la atención. Pero, ¿por qué? ¿Por qué hay que vivir del número de likes y comentarios o de ser popular para personas que ni te conocen o para ser conocido por tener un millón de fotos sin ropa? ¿En serio este es el mundo en que quieren vivir? Porque yo no.
También me doy cuenta que esta enfermedad la hemos creado nosotros mismos poco a poco, porque ahora vamos a mirar el facebook de una persona o su número de seguidores en instagram para contratarlos o para sacar conclusiones y dar juicios de quiénes y cómo son. Y no debería ser así, la mayoría de las cosas de internet y las redes sociales son totalmente falsas, son millones de personas queriendo encajar, buscando un sitio, esperando su oportunidad para sentirse especiales, diferentes y hasta mejores. No creo que nadie con dos dedos de frente se deba sentir especial porque lo sigue X cantidad de personas que no conoce y le comentan babosos a los que les calientan sus fotos desnuda. Hay que darse cuenta y tomar unos minutos de reflexión, esto realmente está yendo demasiado lejos, cada vez quieren hacer y enseñar más, aparentar más de lo que son, pretender que están en un sitio al que no han ido, tener una vida perfecta, vivir una relación idílica y solo levantar envidias, no es ni siquiera encajar, es sobresalir. Y todos vivimos, todos sabemos cómo es la vida real, cómo son las cosas para nosotros y para los mismos que vemos a través de la pantalla, así que no consiguen más que comentarios hipócritas.
Muchos hacen esto obviamente renunciando a quienes son, renegando de su verdad para convertirse en una mentira con muchos likes. Se creen escritores o inteligentes porque otros aburridos reaccionan a las pendejadas que suben, se creen graciosos por hacer o compartir memes, se creen fotógrafos por saber usar filtros y los hashtags de instagram, se creen que tienen amigos por agregar a todo mundo a facebook, se creen modelos por enseñar las nalgas. Tenemos amistades con las que hablamos por llenar el vacío pero que realmente no nos importa tanto mantener de lo contrario jamás se hubiera perdido tanto el contacto y creamos muchas nuevas a las que ni siquiera conocemos, les llamamos amigos por decirles algo. Estos agregados del facebook que tanto te comentan al final te ven por la calle y es como si no existieras, porque esa "amistad" existe en un mundo paralelo. Le contamos y mostramos nuestra vida a extraños, discutimos temas que normalmemte nos dan igual con gente que ni nos importa y después no tenemos ni con quién dar una vuelta para desahogarnos. Nos metemos tanto en estas pantallas que olvidamos vivir de verdad. No veo mal que comience una amistad o una relación por las redes porque este siempre fue el propósito, pero no se pueden vivir solo cibernéticamemte, para conocer a alguien de verdad tiene que ser en 3D, tenerlo al lado, viviendo momentos y disfrutando el día a día, así como tú eres en las redes quién tú decides ser, esas personas también lo hacen, pero cara a cara el tema va de otra cosa. Ya las peleas no tienen tanta fuerza ni duración, ya nadie tiene la misma valentía, ni siquiera la misma profundidad porque es más fácil tenerlo todo escondiéndose tras un móvil y las frases de Paulo Coelho.
El concepto de comunicación, de vivir, de cenar, de reír, de pasarla bien ha cambiado y es difícil aceptarlo. Ya nadie sale solo a disfrutar la compañía o el lugar, van enfocados en el vestuario, las fotos, las poses. Es casi imposible que alguien salga hoy sin su móvil y sin tomar fotos de ellos mismos, del lugar, de la gente, de las bebidas, de la comida. ¿Por qué no solo pasarla bien y olvidarse de compartir con el mundo lo que están haciendo? Nuestros mayores anhelos son ser youtubers y los ejemplos a seguir son estos influencers que viven de su imagen, de la superficialidad, de pretender que la vida es perfecta y sus viajes idílicos, son personas con una escasez de profundidad infinita y a ellos queremos imitar, esos son los nuevos "coaches espirituales" y nos vemos obligados a seguir lo que dicen, recomiendan y hacen, nos roban la personalidad y el descubrir quiénes somos y seguirnos a nosotros mismos. Los endiosamos sin necesidad alguna, son personas igual que nostros y en muchos casos hasta peores, y aun así les dedicamos nuestra vida en muchos casos. Luego nos quejamos de las falsas imágenes e ideas de la vida que nos dio Disney, de lo mucho que nos idiotizó y todas las expectativas y pautas que nos creó, y estamos dejando que nos lo hagan de nuevo pero ahora personas diferentes. ¡Es hora de despertar!
Este fenómeno es algo que va en aumento y no hay quién lo detenga, es algo adictivo que arrastra consigo a todo el que entra al menos un poco en las redes, no hay vuelta de hoja, te arrastra sí o sí. Yo he visto a las personas más nobles y tímidas, más buenas y de gran corazón, convertirse en cuerpos que siguen modas, que hacen retos, que son hipócritas diciendole linda a la que no soportan y que son tan superficiales que me digo "qué pena, antes era tan buena chica". Me parece feo e injusto que sucedan estas cosas pero finalmente es elección de cada uno transformarse o no.
No comparto la idea de tener una vida rodeada de esto, de ver cómo los que quedaban intactos cambian y cómo muchos más son así desde un inicio. Han habido personas que incluso han perdido la vida por intentar tomarse la mejor selfie, la más arriesgada, un video en un lugar peligroso..., solo para ser vista, envidiada y recibir likes, regalan la vida por ir metidos en el móvil y perder tan a lo bestia el sentido de la realidad.
A veces desearía que hubiera una red social, un espacio, un lugar, para gente que solo quiera socializar, compartir ARTE de verdad, una red sin postureos, ni maquillajes ni caretas, una red real... Me temo que no estamos a tiempo ni es el siglo indicado, pero no pierdo la esperanza. Es triste ver a los más chicos buscando pertenecer a algo y definirse para obtener likes, lo cual significa elegir uno de los varios grupos de millenials populares, solo para evitar sentirse excluido y desplazado sin un espacio en esta sociedad, para no sentirse menos, para no ser la excepción a la regla que nadie mira dos veces. Al final creo que estoy totalmente de acuerdo con Jean-Jacques Rousseau en que "el hombre es bueno por naturaleza y es la sociedad quien lo corrompe" porque nos hemos hecho esto nosotros mismos a través del tiempo y el mal uso de las herramientas que se nos han dado, nos merecemos todo lo que nos pasa porque la humanidad se ha transformado en un ambiente demasiado hostil del que solo dan ganas de huir, quizá por eso nací con ganas de vivir en una época pasada... porque es difícil vivir ser la Eugène de Rastignac del siglo XXI. Y no soy una heroína ni vivo fuera de las redes, al final puede que sea una víctima más, porque me he visto afectada por esto en diferentes maneras y ocasiones porque no sé manejarme en este medio, porque no me agrada, porque es una droga que se quiere dejar pero no se puede, porque es mi peor pesadilla, porque es revivir virtualmente el mundo del que escapé en cuanto pude. Siempre quise la calma, no estoy hecha para vivir en tempestades, para las competiciones, para las posturas, para pisotear por salir adelante, para estar alerta todo el tiempo de los peligros, los engaños, las dobles caras. No he podido jamás vivir de apariencias y hoy eso es todo lo que somos. A muchos no les afectará o me llamarán hipócrita por no elegir el camino austero de alejarme, pero para mí esto no es más que un círculo del infierno personal... Y no digo que las redes sociales son malas ni que hay que abandonarlas, tampoco busco ofender a quienes la utilizan, pero dejen de creerse superiores por el número de seguidores, vistas, comentarios, likes..., en definitiva la popularidad nunca ha sido el fuerte de un genio... Y ha sido de gran ayuda para personas retraídas como yo por ejemplo, pero no se puede vivir enteramente en y de un mundo cibernético porque hasta enfermos podemos acabar con miedo a enfrentar el real, sin saber cómo vivirlo, como esos animales en cautiverio que luego devuelven a su ambiente natural y mueren por no lograr adaptarse ni ser aceptados. Todo debe ser con medida..., si sacáramos lo mejor de las redes sociales todos, si evitáramos buscar impresionar a la gente o sentirnos mejor por estas chorradas, si las volviéramos un mundo cómodo y bonito en vez de tóxico, de seguro además de agradable sería muchísimo más amplio porque de momento más que ayudar en nuestra comunicación solo consigue desconectarnos.

lunes, 29 de junio de 2020

El deseado Neverland



              "El deseado Neverland"

Muchas personas aseguran que el deseo más estúpido que tuvieron de niños, fue el de ser adultos. Al parecer la memoria les juega una mala pasada... No estoy de acuerdo con su afirmación. Ser adulto es difícil y conlleva una serie de responsabilidades y problemas para los que muchos sentimos no estar listos, esto no significa que siendo un niño otra vez, se irán, esto no nos garantiza felicidad... Los niños, los adolescentes, los jóvenes, los más maduros y hasta los ancianos, tiene una gran serie de conflictos que les corresponden a cada cuál en su etapa, y tampoco los saben enfrentar. El anciano quiere volver a ser joven olvidando la experiencia y sabiduría que le dieron sus años, el adulto quiere ser un niño sin preocupaciones, el joven quiere ser un adulto con historias que poder contar y no sentirse en un punto muerto... Resumo esa afirmación en que siempre añoramos lo que no podemos tener..., tanto conocido o por conocer. Queremos vivir a destiempo, en las etapas que no nos corresponden porque siempre pensamos que allá hay algo mejor en vez de afrontar la que tenemos, porque pronto se irá, y la echaremos de menos por haberla desperdiciado teniendo la cabeza en los <<quisiera ser>>... Recuerden que si un día todo lo que deseamos era ser adultos a algo se debía, negarnos a crecer y volver a ser pequeños no traerá el elixir de la alegría eterna, porque de aquello también quisimos escapar...