Mostrando entradas con la etiqueta #proud. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta #proud. Mostrar todas las entradas

martes, 29 de enero de 2019

Un lugar en el mundo

     



         Capítulo I " Un lugar en el mundo".
                                (Donna)


Para unos diferente, especial, otros me creen loca, y sin duda la más bella descripción hasta hoy dada "arrojada a este mundo en un soplido de viento". Mejor o peor de lo que muchos quisieran, al fin y al cabo: yo, quizá sólo incomprendida o desconocida. ¿Pero saben qué? Creo que a todos nos llega (o al menos debería) un punto inflexión, ese momento en la vida donde ya nos aburrimos de que nuestro autorretrato sea el espejo de la opinión pública. Lo cual sólo nos hace creer que somos quienes ellos quieren que seamos, pero no nosotros mismos. Por miedo, jamás debemos abandonarnos, es una autotraición que debería ser penada. Este punto, confieso que tardé en hallarlo (muchísimo), 19 años exactamente. Ocurrió tras las justas palabras del entonces ser más apreciado en mi vida: "¿quieres que te lleve a un psicólogo que te analice? Tú no estás bien, no puedes ser normal". ¡Gracias genia! No, no soy normal (eso sería un completo aburrimiento), teniendo en cuenta que para ella serlo es vivir tratando de pasar desapercibida vistiendo sentimientos ajenos. Así que no, gracias, quiero seguir "estando mal". De este lado "erróneo y antinatura" todo se saborea mejor, y al menos tengo la oportunidad de sentir, de vivir más allá de límites establecidos por mentes con barreras medievales.
Realmente, debemos darnos cuenta que somos perfectos cada quien a su forma, que no importa lo que piensen de nosotros, debemos ser auténticos y no dejarnos llevar por lo que quieren reflejemos. Ser fiel a uno mismo es un filtro de personas, los que nos quieran verdaderamente serán los únicos que se queden, que se acerquen, los que hagan lo opuesto, nunca merecieron ser pasajeros de nuestro viaje. Nos damos cuenta que sólo alababan la falsa cobertura que creamos para quedar bien en un mundo de cartón, nosotros, nunca les importamos. Quién ama lo hace incondicionalmente y ninguno merecemos otra clase de amor que aquella que estamos dispuestos a dar. En la oscuridad de en un alter-ego no encontramos lugar en el mundo (al menos no el nuestro), imposible, el camino a la felicidad. Cada imperfección es la esencia de nuestra verdad y justamente lo que nos lleva a la perfección, no es algo que rechazar, sino algo por lo que enorgullecernos. Por ejemplo, yo sé que soy un conjunto de adjetivos que harta estoy de escuchar, y los reconozco, pero dije "basta ya". Han pasado dos años de que llegué a dicha conclusión y no me arrepiento en lo absoluto. Créanme que de cambiar intenté millones de veces inútilmente , fue lo que me enseñó mamá: ser lo más soportable posible al mundo aunque para facilitarles mi presencia tuviese que ahogar mi persona; pero tarde o temprano... todos salimos a flote.
Hoy te digo mamá, que nunca lo he creído fácil, pero un día decidí resignarme a vivir en la superficie donde sólo quién lo desee podrá lidiar conmigo. Te cuento que ahí encontré miles de amigos con "desordenes mentales" a niveles excedentes de los propios, y me encanta. Que aprendí que la mejor versión de uno mismo es la que nos viene de fábrica, no la moldeada socialmente. Que ya no quiero cambiar. Que "respétate primero y los demás lo harán también", se ha convertido en mi filosofía de vida. Y que aun así, no imaginas cómo cuestan a cada segundo esas preguntas lacerantes "¿qué creerías de mi vida?, ¿qué sería de ella contigo?, ¿fueras de los que se quedaron?". Todos me ofrecen respuestas divergentes, y es una convicción que jamás llegaré a tener, ninguno podemos hablar por ti. Pero yo me aferro a la que me permite conciliar el sueño, me hubiese roto el alma desarmar el lazo que nos unía. Y es que sí, finalmente te confieso la carga más pesada de mi ser: me siento culpable de no tenerte. Mis doctrinas me arrastran a la creencia de que tuviste que irte para llegar yo... Lo siento mamá, juro que no fue mi intención... y amaría que aun me amases. Siento absurdo el tener que transformarnos para merecer amor, quien lo haga no nos está amando a nosotros, sino a los opuestos con agudas carencias afectivas que les ofrecemos. ¡Sé quién eres! ¡Mantente real! De nada nos sirven los admiradores arrastrados por generalismos banales. Debemos mostrar orgullo por nuestra singularidad sea cual sea la situación, porque todo pasa, todo cambia y todo llega. No debemos pensar que existimos solo porque sí, que debemos cambiar para encajar. ¡No! Todo tiene un por qué y cada quien un papel que cumplir en esta vida. Tal vez aún no sepamos exactamente cuál (todos hemos estado perdidos), pero no debemos ser impacientes ni ceder a sus prejuicios. Nos sorprenderá un día en que diremos "todo tuvo sentido". Porque cada paso fiel que anduvimos nos llevó al encuentro de ese destino. No creamos que somos una casualidad (no existe tal cosa), todos somos inanimadas intenciones del universo con objetivos trazados. Sólo nos resta ser pacientes y auténticos, para ocupar nuestro reservado: lugar en el mundo.


Claire Garbo