Mostrando entradas con la etiqueta #sueños. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta #sueños. Mostrar todas las entradas

domingo, 3 de febrero de 2019

Kan Matkub




            Capítulo II - "Kan Maktub".
                     (Donna y Hera)


Fue una misma noche cuando el descubrimiento de dos sentimientos totalmente opuestos, se abrieron paso en aquel sueño. Experimenté la felicidad intensa jamás conocida besando unos labios inadvertidos, y supe que había encontrado lo que ni percibía estar buscando. Disfruté tanto como pude... Le besé, me besó, abracé fuertemente su cuerpo para perderlo dentro del mío y tomé su mano en un oscuro camino sin saber dónde llevaba (eso no era lo importante). Me sentía inexplicablemente eufórica, por primera vez con la sensación de estar rellena de helio y que su mano era la cinta que sostenía mi vuelo. Me había mostrado ante alguien espectacular que se sentía mi mundo y en ese momento, yo parecía lo más importante del suyo. A lo lejos se veían unas luces transportadoras a las que me acerqué siguiendo los pasos de quién simulaba una ansiosa Dorothy por el camino de baldosas amarillas. Pensé que ya todo estaba bien, nos habían arropado diferentes amistades (en la mayoría suyas) que nos alababan, mas de repente..., le pierdo.
Nadie parecía notar su ausencia ni mi búsqueda de vuelta a la oscuridad. Abrir los ojos y no verle tampoco a mi lado fue cómo si arrancasen de raíz la más preciada rosa de mi jardín, como si se llevasen algo que ya me pertenecía. Honestamente fue el dolor más grande que nunca sentí, el de perder lo nuevo, los recién descubiertos sentimientos. Sentí cómo quedó un inmenso vacío que me hacía desfallecer, seguidamente lo creí una sátira de la vida que me volvía un personaje absurdo y de inmediato sintiéndome la boca arder, entré en pánico. ¿Qué acababa de suceder? ¿A qué se debían esas lágrimas? ¿Cómo le besé si había exiliado de mi vida consciente cada resquicio de duda? ¿Cómo hiciste para colarte en mi fase MOR? ¿Por qué se sintió tan bien? Sobre todo, ¿por qué ahora me sentía tan mal? Abrumada y perdida me preguntaba si su presencia fue causante de mi confusión o la más clara anulación de las dudas existentes.
Pronto esas interrogantes fueron despejadas..., me di cuenta que esa oscuridad abundante en mi sueño sin su presencia, no era más que el dibujo de mi realidad. Y tras aquella angustia inexplicable, cerrar los ojos era sinónimo de volver a tener a esa silueta culpable que no podía dejar escapar. Vivía ocupando cada pensamiento, cada suspiro porque sabía que le encontraría más allá de lo etéreo, que me había adelantado el destino para que tomara calmada la ruta. Me mostró que la felicidad, aquella que en conciencia creí haber tenido, no tenía comparación con la que aún me estaba esperando, la que viví por cortos instantes, pero la que no dejé de perseguir en pensamientos. Mas, también me hizo saber, que aquella angustia desgarradora podía venir de su mano. El destino proclamaba una boca enaltecida donde no había punto medio, o conocía la felicidad extrema o la más rotunda desgracia. Tan difícil como hermoso. Si perdía lo hallado, la pena desarmaría mi alma en pedazos pero aún así, no me importó.
– Ni el dolor, ni la angustia, ni lo que tuviese que sufrir importaban porque solo por tenerte, valdría la pena todo –me explicaba.
Tú, vales la pena y el no haber detenido mi búsqueda logró que cada día viendo tus ojos amanecer, sienta que vuelvo a descubrir el universo. Agradezco el fenómeno ancestral que te hizo danzar en mis pestañas demostrándome que era hora de despertar y vivir lo anhelado, sin eso, no me hubiese atrevido a admitir mi verdad (o quizás hubiese tardado más años). Me diste el valor faltante demostrándome que yo también deseaba que mi vida tuviera alegrías y sin lograr dejar esa nueva necesidad dentro de mí, mi búsqueda tomó sentido. A veces me crees desquiciada y te preguntas, "¿cómo por un sueño alguien es capaz de replantearse totalmente la verdad de su existencia?", "¿cómo este hace que le dé un vuelco a su vida persiguiendo nuevas metas?" Acaricio tu mejilla y sólo puedo darte la misma respuesta.
– Es simple, mi convicción: tú.
Tú has sido la respuesta a cada pregunta y fuiste mi última duda. Algunos le damos vital importancia a esas experiencias extrasensoriales que somos incapaces de controlar, creemos en que tienen un sentido y para mí, son el faro guía de nuestro destino. El solo soñar con lograr perderme en la profundidad de tus verdes ojos, ser los labios que te besaran y saber que estabas a solas en un mundo a mi espera, me daba fuerzas para no caer en la alienación. Creí haberte encontrado en varias ocasiones llevándome siempre chascos que me hacían preguntarme si estarías pasando algo igual. Podías estar sufriendo, entregándote a otro cuerpo pensando que era el mío y aunque quizás eras feliz sin mí (cosa que no quería pensar), tal vez aun no sabías que me estabas esperando, pero lo hacías. La primera vez que me crucé tus ojos, me llamaste loca con toda la razón. Sostenías mi libro favorito y no se me ocurrió nada más patético que decirte en plena librería "¿qué tal tu vida sin mí?". Tu mirada desconcertada buscaba la cámara oculta y ante su ausencia proseguí con un "te conozco desde hace años, aunque tú no me conoces aun" y al "¿de dónde?" (sonando como un cliché galán) respondí con poco procesado "de mis sueños". Dudé tras esa frase si aun viviendo para encontrarte no estaba lista para ello, mas tu automática risa alegando mi locura, silenció todos mis miedos. Supe que ese sería el primer día del resto de nuestra vida.
Conocía el precio de perderme en tu intenso tímido mirar, pero debe tener propiedades magnéticas porque no dejé de explorarlo. Sabía que en un paso más, pagaría siendo la única culpable (yo fui quién corrió el riesgo), pero no me importó nada, ni nadie y por fin tengo lo que buscaba. Quizás también fue su gusto a café..., pero desde entonces me volví una adicta declarada de tus besos. No sé qué será de mí sin ellos... Sé que tú no crees en los sueños, en las almas gemelas, en los amores de otras vidas o el destino más allá de fortuitos accidentes, pero te confieso, aquellas lágrimas de angustia me persiguen cada día más. Que antes de tenerte era más valiente, que es imposible me arrebaten el éxtasis de las manos (¿por qué ahora permitiría que se fuese de mi vida lo que tanto he querido?), pero aún así, me aterra el irónico destino, pues por mucho tiempo también creí imposible tu hallazgo y aquí estamos hace seis años. Si se cumplió su inicio, ¿por qué no también su final? Tal vez debí saborear la gloria de tenerte solo para perderte, pero tampoco habrá sido en vano. Mi consuelo serán los momentos que te tuve y la persona que me hiciste descubrir que soy. Tu marcha no sería más que la muestra de que aun siendo tú mi destino, yo no seré el tuyo, que sólo nos tocaba enamorarnos, mas no pertenecernos.
– Debo aceptarlo, contra eso no se lucha –le dije yo asustada.
Pidió encontrara la calma como lo esperaba, aunque no vi venir su repentina confesión.
– Yo también andé de tu mano en esa oscura noche. Llevas mucho más de seis años, siendo la superheroína de todas mis historias.
En ese momento tuvo sentido su frase "somos dos sueños hechos realidad". Y aunque sigo viviendo con miedos (cualquiera que ame lo entenderá), confío más que nunca en que todo está escrito.